La reacción por parte de la plantilla y del personal del cuerpo técnico da buena muestra de que lo ocurrido ayer en el entrenamiento de la primera plantilla ni es novedoso ni resultó sorprendente para los que ya llevan algún tiempo en el equipo, aunque los espectadores contemplaran la escena atónitos. Era la última jugada del entrenamiento y en un salida, Marc Vito, el ahora portero suplente del primer equipo mientras Razak participa con Ghana en la Copa África de Naciones, sintió un fuerte pinchazo que le dejó tirado en el suelo y obligó a parar la sesión. Los compañeros que tenía cerca intuyeron que podía ser grave y reclamaron la presencia del doctor Javier Bejarano, responsable de los servicios médicos, mientras el fisio, allí presente, se interesaba por el portero. Entre quejas y murmullos, los jugadores descubren que el doctor no estaba en el banquillo siguiendo el entreno por si algún futbolista se lesionaba, sino a unos 100 metros, metido en su coche en la fría mañana en el Camino de Carbonell. Así que jugadores como Rodri o Héctor Rodas salieron corriendo para reclamar la presencia de Bejarano. El doctor, finalmente, atendió al guardameta que, afortunadamente, no tenía nada.