Como ya adelantó este periódico, el Córdoba no es el único equipo que atraviesa por problemas económicos para lidiar con el límite salarial. Aunque el club blanquiverde es el que más estrecheces sufre y aún no ha realizado ningún fichaje, otros equipos también están viendo seriamente mermados sus objetivos deportivos y los presupuestos con los que deben afrontar el mercado de fichajes.

Precisamente entre estos otros clubs están tres andaluces. El Cádiz necesita de liquidez para cuadrar sus cuentas y afrontar entre cinco y seis fichajes que su director deportivo, Juan Carlos Cordero, pretende acometer. El conjunto gaditano bajará su límite salarial de 6,2 millones de euros a una cifra en torno a los 4,5 millones, por lo que las salidas de Álvaro García o de Salvi se antoja fundamental para que el proyecto amarillo siga siendo ambicioso.

EL GRANADA, MERMADO

El Granada, por su parte, es uno de los conjuntos de Segunda División que más ha visto limitado su potencial financiero para afrontar fichajes en este mercado veraniego. El club nazarí ha vendido a Saunier para aligerar masa salarial y ha firmado solo a cinco futbolistas, por los 14 que había fichado en las mismas fechas del periodo estival de fichajes del pasado 2017. Además, tiene en venta a Javi Varas, Baena y hasta a Joselu, salidas necesarias para que el presupuesto de salarios y refuerzos se ajuste a los estándares económicos que le marca la Liga. La entidad rojiblanca no logró ascender la pasada temporada, cuando disfrutó de la prima por descenso, y ahora tiene que ajustarse el cinturón. De hecho, desde la ciudad nazarí se asegura que el propietario del Granada, Jiang Lizhang, ve con decepción el límite salarial que le impone la Liga, puesto que su intención era la de reflotar pronto la nave rojiblanca y llevar a su club de vuelta a Primera lo antes posible.

Otro de los clubs de la categoría de plata que sufre para cuadrar sus cuentas y lograr una plantilla competitiva es el Málaga. El conjunto costasoleño disfrutará esta temporada de la prima por descenso y viene de estar varias temporadas en Primera, con presupuestos altos. Ello no es óbice, sin embargo, para que esté en negociaciones con el Leganés para traspasarle a una de sus estrellas, En-Nesyri. Además, los malaguistas tienen a unos 30 futbolistas en nómina, por lo que deben deshacerse de varias fichas altas para no rebasar el límite salarial y poder así armar un equipo más corto en componentes pero fiable de cara a afrontar su reto, que no es otro que el de volver a Primera.

Otros clubs como el Elche o el Mallorca, en este caso provenientes de la Segunda División B, también afrontan con serias dificultades los límites que impone la LFP para poder perfilar plantillas con las que competir y evitar una traumática vuelta a la división de bronce. Aunque ninguno tiene una papeleta tan delicada como el Córdoba, desde luego su situación habla a las claras de la diatriba económica que vive la Segunda División en general, y de los ajetreos con los que deben lidiar presidentes, directores deportivos y entrenadores de esta categoría para cuadrar sus cuentas sin perjuicio de las plantillas que diseñen.