Si lo del Córdoba en Sevilla no es una final, lo parece. Es verdad que el conjunto blanquiverde aún dispondrá después del duelo ante el filial hispalense de 27 jornadas (81 puntos), pero una derrota en el Viejo Nervión podría convertirse en el golpe definitivo. Y no sólo en lo anímico. El club parece dudar de qué hacer en caso de derrota -o incluso de empate-, ya que si bien ha sondeado a Jorge Romero para contemplar su disposición a coger al equipo de Segunda División, no parece tan claro que un resultado negativo, el próximo domingo, suponga la destitución de Juan Merino después de sólo cinco jornadas ligueras. Quizá la falta de reacción con el linense en el banquillo tenga más que ver con la confección de la plantilla que con las soluciones desde el banco, por lo que, al igual que ocurre con los enfermos graves -el Córdoba lo es-, la solución esté en tocar lo menos posible esperando medicinas, en forma de refuerzos, el próximo mercado invernal. Mientras tanto, cuidados paliativos. Como los que tendrá que aplicar de nuevo el técnico blanquiverde ante los chavales del Sevilla, ya que no dispondrá del mejor hombre del Córdoba en esta aciaga temporada. Sergi Guardiola está sancionado y no hay más delanteros en el plantel, aunque el propio Merino aseguró que ve a Sasa Markovic y a Alejandro Alfaro como tales. El onubense, con su indefinición, ha provocado que en la misma temporada se le vea como hombre de banda, como centrocampista y como delantero.

En la primera de las opciones, Merino tiene a un hombre que también tiene una carga importante de indefinición. Teóricamente, el serbio llegó al Córdoba como mediocentro, pero a las pocas semanas demostró demasiada anarquía para situarse en el centro del campo y la suficiente verticalidad para llegar al área contraria. De hecho, es el actual segundo máximo goleador del equipo, con dos tantos, y el que mejor promedio entre minutos jugados y goles anotados. Se mueve bien en el área, va bien por arriba y posee un notable disparo desde la frontal. Quizás en el trabajo sin balón flaquee en ocasiones, pero si es el elegido para relevar a Guardiola el equipo sufrirá menos ese hándicap.

Para Alfaro no es desconocida esa posición y Merino tendría la ventaja en el campo con él de tener cierto juego entre líneas que afectaría al orden defensivo del rival. Mejor técnicamente y en temporadas anteriores con más gol en sus piernas, Alfaro podría ser una buena opción para la transición ofensiva de los blanquiverdes en el Viejo Nervión, siempre y cuando se logre conectar con él con asiduidad. En todos los casos, Jona tendrá que situarse en punta de ataque por primera vez desde la llegada de Merino, que siempre lo ha situado por detrás de Sergi Guardiola.

Habría una tercera opción, menos probable, pero no descartable por completo en caso de que Merino, como es probable, repita esquema ante los sevillistas. El trío del mediocampo ante el Osasuna estuvo conformado por Edu Ramos, Sergio Aguza y Carlos Caballero. El madrileño anduvo entonado y su relevo, en caso de producirse, debió ser Javi Lara. Quizás esa tercera opción para Sevilla en lugar de Guardiola pudiera ser el montoreño. Situado en la mediapunta y con una carga defensiva que sí podría asumir en esa zona -en el mediocampo no-, Merino ganaría en calidad con el balón y no tendría que resentirse en exceso el trabajo sin balón del equipo.

Son las tres opciones que tendrá el técnico blanquiverde para que la final en Sevilla caiga de lado, por fin, del Córdoba. Hay mucho en juego.