No vas a poder no escribir de mí.

Lo dice con la seguridad de quien sabe que posee la verdad, que aunque suene presuntuoso, no se está equivocando.

¡Cómo se va a equivocar!

Llevo quince horas metido en una burbuja. Estar en una burbuja quiere decir no mirar el móvil. Lo hago cada vez que vivo algo especial. Es una forma de alargar ese gran momento, de no contaminarlo. Si no lo manchas con algo superfluo, sigue dentro de ti.

Ese gran momento pueden ser siete horas y media con la bici, música por la noche en el salón, completamente a oscuras, o un desayuno en el balcón con el sol en la cara.

Ese gran momento puede ser una hora en la cama con otra persona. Ni siquiera tiene que ser toda la noche, basta con una hora, las nueve de la mañana, por ejemplo. Hay que saber cuando alargar y cuando no. Los partidos de fútbol son muy largos, especialmente el de ayer. Al final la emoción se reduce a un par de minutos; el resto es basura. Dicen que es bueno tener momentos basura para así luego valorar más otros. No sé. Yo procuro evitarlos.

Después de las siete horas de bici fue necesaria doble cena. Mientras venía el pedido del japonés hice pasta. Era muy simple. Todos la criticaron, pero todos comieron. Pasa lo mismo con el fútbol. Que aburre, que no hay derecho, que la próxima vez me quedo en una terraza con este domingo tan bueno... Pero siempre se vuelve.

Supongo que algún día estas páginas volverán a ser normales. Que me cansaré, como me canso de todo, o se cansarán ustedes, como imagino que también se cansan. Por eso necesitamos alimentarnos continuamente de algo nuevo, fresco. He intentado que me quiten el subtítulo, pero dicen que no se puede, que va así por diseño, que son normas de estilo.

Normas, normas, normas.

Cuántas barreras ponen a veces las normas. Imagino que algo así tuvo que suceder en enero por aquí. Ese entrenador que va al despacho de su jefe: Disculpa, necesitamos refuerzos. Lo siento, no se puede, son normas de estilo, no gastar ni un euro.

Debe frustrar mucho. Yo al menos he conseguido que me dejen poner titulares de una palabra. El pobre entrenador del Córdoba no logró tanto.

A los amantes del Córdoba este año no les está deparando grandes momentos. Ayer al menos tuvieron uno pequeñito. Es importante ser consciente de cuándo estás viviendo un buen momento. Agárralo y no lo sueltes.

De nada sirve pensar que esto no es lo que queríamos, que nos prometieron otra cosa. Quizá nos equivocábamos cuando íbamos bien y seguíamos siendo inconformistas. Quizá dejamos de disfrutar un gran momento.

Acabo como empecé. Tenías razón, pero a medias. He tenido que escribir de ti, pero también he sido capaz de no hacerlo. Eso sí, he tecleado rápido, muy rápido. Quiero llegar pronto a casa por si sigue la burbuja.