El Granada, al igual que el Osasuna o el Sporting, pertenecen a esos recién descendidos de Primera a los que les cuesta coger velocidad de crucero y se ven sorprendidos por clubs que han trabajado bien en los últimos años, que han aprendido de la experiencia y que, a pesar de tener un presupuesto mucho menor, logran competir, y superar, a los llamados a regresar a Primera por la vía rápida (llámense Huesca o Cádiz, sin ir más lejos). El próximo visitante de El Arcángel llegará el domingo con no pocas dudas cuando de jugar lejos de Los Cármenes se trata. Es cierto que el Córdoba no está para presumir, ya que pasa por ser el cuarto peor local de la categoría y habrá que comprobar si el efecto Sandoval llega para olvidar el mazazo recibido en el último segundo ante el Barcelona B.

Pero es indudable que este Granada, a pesar de tener nombres propios con brillo personal, está teniendo problemas como visitante. De hecho, no gana lejos de Granada desde mediados de octubre, cuando se impuso por la mínima en Soria. Dos semanas antes también logró ganar en el Santo Domingo, pero desde ese mes de octubre, los viajes de los rojiblancos se han saldado con dolores de cabeza, la mayoría de las ocasiones, por lo que sus números en casa (seis triunfos consecutivos) son los que le mantienen en el grupo de favoritos para el ascenso.

Los de Oltra han sumado tan solo 11 puntos fuera de casa en 13 encuentros, por lo que la mitad de los mismos han sido en los dos triunfos reseñados. Además, sus tres últimos viajes se han saldado con derrota: Cádiz, Albacete y Barcelona. A priori, un visitante cómodo, si no fuera por la flojedad de este Córdoba.

Fue justo hace una semana, al mediodía, con el mismo calor que hoy. La comida no entraba, se cerró, de repente, el estómago, se cayó el gazpacho de la cuchara. punto. También que si no llega a hacerlo, no hubiera pasado nada. El estómago se ha abierto. Atrás queda el cosquilleo. Esperaremos pacientemente a que vuelva Lourdes.