La capilla ardiente del futbolista José Antonio Reyes concitó ayer a miles de aficionados y a numerosas personalidades del mundo del fútbol en el Sánchez-Pizjuán, el estadio del Sevilla, el club donde se formó y en cuyo primer equipo militó ocho temporadas repartidas en dos etapas.

Los restos mortales de Reyes, fallecido el sábado en un accidente de tráfico, llegaron sobre las 17.30 horas, cuando más de un millar de personas se agolpaba ante el Gol Sur del recinto. La concurrencia recibió con ovaciones calurosas, en consonancia con la temperatura de casi cuarenta grados que reinaba

en Sevilla, a los representantes de los diversos clubs que acudieron a homenajear a Reyes. Fueron especialmente cariñosos los aplausos a la delegación del Real Betis que encabezaba su presidente,

Ángel Haro.

También acudió a la capilla ardiente ubicada en el estadio sevillista una representación del Córdoba CF. El presidente Jesús León, el consejero Juan Ramón Berdugo y los jugadores Alfaro y Aguado despidieron al que también fue exjugador blanquiverde.