El Córdoba CF anda inmerso en la planificación previa que le ha de llevar a encontrar objetivos y negociar con ellos para recomponer y reforzar un plantel que dio muestras la pasada temporada de llegar justito para competir algún puesto de eiminatorias de ascenso. Un resultado deportivo visto a lo largo de la competición y que andaba lejos de lo presupuestado. Si por dedicación económica era, el conjunto blanquiverde debía haber estado en la punta de la tabla clasificatoria desde la primera jornada de competición y, sin embargo, apenas llegó a la media docena de jornadas incluido entre los cuatro primeros de la tabla y ninguna de ellas como líder.

NO ES EL ÚNICO CASO / Posiblemente, uno de los casos más llamativos -no el único, ni mucho menos- de la construcción del plantel de la pasada campaña y el coste que tuvo sea el de Luis Fernando Garrido. El internacional hondureño fue inscrito en el mercado invernal, a principios de enero, al ocupar la ficha dejada vacante por Ortuño, aunque su contrato, al que ha tenido acceso este periódico, empezó a contar desde el 2 de septiembre, cuatro meses antes.

El Liga Deportiva Alajuelense, su club de procedencia, se reservaba 50.000 euros de premio en caso de ascenso y un porcentaje sobre un hipotético futuro traspaso del jugador, que firmó por dos temporadas a razón de 170.000 euros brutos cada una de ellas, 100.000 euros netos, con una prima por ascenso a Segunda División A de 25.000 euros y una ficha en el fútbol profesional de 150.000 euros netos, es decir, unos 230.000 euros brutos. En total, el coste de estas dos temporadas, la pasada y la próxima, para la entidad blanquiverde sería de 340.000 euros brutos.

El contrato era especialmente llamativo porque en la demarcación del sudamericano ya contaba el Córdoba CF con las posibles aportaciones de Chus Herrero, Fidel Escobar (que jugaba en ese puesto en su selección), más las seguras de Imanol García o Xavi Molina, estos dos últimos hombres de sobra conocidos por el técnico que inició la temporada, Enrique Martín. Es decir, dos hombres titulares para el puesto más otras dos opciones en caso de urgencias. A pesar de ello, el hondureño fue firmado y se hizo con ese coste para el club.

De hecho, Garrido fichó por el Córdoba CF cuando el equipo tenía al técnico navarro en el banquillo y, en su incorporación al plantel, a mediados de noviembre, ya había otro, Raúl Agné. Fue precisamente el de Mequinenza el que elogió al jugador tras ser inscrito en enero, dejando claro que contaba con él y que, teóricamente, debía ser importante. Cumplió su palabra el técnico y a mediados de enero daba la titularidad al hondureño en Granada, ante el filial nazarí. El estreno duró exactamente 45 minutos, siendo relevado en el descanso por Chus Herrero. No fue una percepción personal de Agné: la opinión unánime es que, en el mejor de los casos, a Garrido le faltaba mucho para ser una opción en ese Córdoba CF que, recordemos, nunca demostró en 28 jornadas (siete meses) ser un candidato consistente no ya al liderato del Grupo IV o al ascenso, sino a los puestos de honor de la clasificación.

DEBILIDAD EN LA NEGOCIACIÓN / Llegó la conclusión precipitada del campeonato y Luis Fernando Garrido, como se preveía, no entra en los planes del nuevo organigrama deportivo blanquiverde. Pero hay un contrato que liga a ambas partes hasta el 2021 y, lógicamente, el futbolista y su agente se remiten a él y dejan al club en una clara situación de debilidad. Un contrato que supone 340.000 euros en el global de las dos temporadas. En esa primera, al Córdoba CF le ha costado Luis Fernando Garrido casi 4.000 euros por cada minuto de competición. En caso de que ingrese el total sin volver a vestirse la camiseta, la entidad blanquiverde habrá pagado a precio de oro cada instante de Liga del hondureño: casi 7.500 euros por minuto. Está claro, por lo tanto, que los criterios en El Arcángel deben cambiar de forma obligada y aprender de la experiencia.