El Córdoba ganó al Écija con menos suficiencia de la que podía suponerse en un principio, con detalles a resaltar (Jaime Romero, Javi Galán, defensa adelantada) y otros, como la estrategia defensiva a balón parado o el juego por dentro, menos buenos.

Comenzó mejor el Córdoba, enganchado a la efervescencia de un Javi Galán para el que parece no haber pretemporada, ya que el pacense está mostrando en estos dos primeros compromisos veraniegos un nivel competitivo y una velocidad más propias de mitad de Liga. El Córdoba lograba hasta mediado el primer acto mantener una línea de defensa bastante adelantada, a pesar de algún problemilla que presentaron los astigitanos a través de Ezequiel, Moyita o Juan Delgado. Sin embargo, el equipo de Carrión penalizó de manera contundente los errores defensivos locales.

Un pase atrás de Marrufo a Adri Crespo, rodeado de rivales, supuso el origen del primer gol. El lateral azulón perdió el balón y Markovic abrió a Javi Galán, que se introdujo en el área y fusiló a Fermín. El Écija pudo adelantarse unos minutos antes, pero un paradón de Marc Vito, solo ante Ezequiel, lo evitó. El encuentro siguió por los mismos derroteros: el Écija acusaba los errores atrás y generaba problemas al rival arriba, mientras que el Córdoba ocupaba mejor el terreno de juego y esperaba su ocasión.

Llegó el segundo, de nuevo, tras un error local. Fermín salía de su portería hasta más allá del punto de penalti. Su despeje cayó en los pies de Markovic que, sin pensárselo, disparó desde su posición (25 metros a portería) para superar al arquero astigitano

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A partir de ahí, el Córdoba pareció conformarse con controlar el duelo desde su terreno y esperar para matar al Écija a la contra. No lo consiguió y, sin embargo, los sevillanos lograban rematar todas las acciones a balón parado, alguna de ellas con verdadero peligro. Pudo incluso acortar distancias el conjunto astigitano con un disparo lejano de Castro que Vito y el poste evitaron que se convirtiera en gol. El descanso llegó con un Écija en crecimiento y los cambios en la segunda parte no cambiaron mucho el panorama. Guardiola tuvo dos para empujarlas, obras ambas de Romero, pero no atinó el ex del Murcia. Por su parte, los astigitanos aumentaron en brío y llegadas, balón al palo incluido, aunque anduvieron fallones en los últimos metros. El penalti de Adri Crespo, a 15 del final, pareció dejar cerrado el duelo, pero Sergio Domínguez cabeceó casi en la línea de meta un buen centro tras gran jugada de Moyita.

Segundo triunfo del Córdoba en pretemporada con algunos apuntes a tomar para el futuro y las lógicas tareas pendientes de resolver. Para eso está, precisamente, la pretemporada.