Este Córdoba, definitivamente, parece no tener remedio. Observaba uno el encuentro en El Arcángel y echaba la memoria atrás. Pancarta en contra de los jugadores, pancarta en contra del presidente, más de un grito, tanto contra unos como contra el otro, pero todo se calló con el gol de Carrillo. La verdad estaba ahí y no es otra que lo único -casi nada- que quieren los seguidores es ver a su equipo ganar. Miraba uno atrás, no con melancolía precisamente, pero sí hacía memoria de que otro equipo lo tuvo todo en contra hace ya un lustro. Y pudo con todo. Aquel equipo se metió en las diez últimas jornadas ganando seis partidos, empatando tres y perdiendo uno solo.

Hoy por hoy resulta imposible ni tan siquiera imaginar que este Córdoba haga 21 de los últimos 30 puntos. Y no es porque el Córdoba tenga el límite salarial más bajo de la categoría, sino porque -entre otras muchas cosas- este equipo es de los que menos rendimiento físico da en Segunda División. El Córdoba no compite, lo cual no es noticia, pero sí que explica que, por ejemplo, ayer sufriera su quinta remontada en lo que va de Liga, lo que significa que nunca ha tenido arrestos, capacidad física, mentalidad ni competitividad para conservar un resultado. Si hubiera competido mínimamente en esta temporada, el conjunto blanquiverde, por ejemplo, tendría esos 15 puntos en el casillero. Al igual que con otros datos, el conjunto blanquiverde va camino de hacer un récord histórico en lo que se refiere a sufrir las vueltas en el marcador en un mismo año. Y, como en ocasiones anteriores, el Sporting no necesitó un milagro, ni un partidazo, ni romper el choque por una banda o por la otra, ni cambiar algo tácticamente de manera sorpresiva, no. De nuevo, el Córdoba entregó de manera lastimosa el encuentro, de nuevo el rival no tuvo que ganarlo, sino esperar a que se lo regalara el conjunto blanquiverde que, si en algún momento hubiera sido un equipo de Segunda, tendría en su casillero gran parte de esos 15 puntos regalados. Miren muchos de los encuentros de Segunda y comprobarán que el nivel -salvo en los nombres de relumbrón- no es mayor, pero sí se tiene una cosa o varias: se compite, se muerde, se pelea cada balón, se mantiene el nivel físico y de concentración hasta el final y no se concede absolutamente nada. Este Córdoba no concede, insistimos: regala.

Tuvo un punto de suerte el Córdoba en el rival que visitó El Arcángel. No planteó el Sporting un partido a cara de perro, ni pata dura en el centro del campo y tampoco parecía conectar con cierta solvencia entre línea y línea, por lo que los locales consiguieron que aquello se pareciera a un partido equilibrado. De principios de temporada, quizás, puede que un bolo veraniego, pero menos da una piedra y peores petardazos en diferentes plazas ha dado este Córdoba en lo que se lleva de campaña. El Sporting avisó con un Djurdjevic que debe sufrir una conjuntivitis alérgica, porque si no, no se explica todo lo que falló el serbio en El Arcángel. El caldo de cultivo para pancartas, cánticos en contra de unos y de otro ya estaba servido y, quizá por ello, el Córdoba sacó una jugada no se sabe bien de dónde para que Carrillo, a centro de Fernández, abriera el marcador. La alegría duró menos de diez minutos. El Córdoba tampoco sabe defender a balón parado. O, para ser más exactos, tampoco pone contundencia en la estrategia defensiva y Peybernes lo aprovechó tras un saque de esquina. Justo al descanso, Chus Herrero se lesionó de nuevo y tuvo que salir Álex Quintanilla.

Álvaro Aguado se lamenta tras fallar una ocasión, ayer, en el partido frente al Sporting de Gijón en el estadio de El Arcángel. FRANCISCO GONZÁLEZ

Durante media hora, el Córdoba vivió entre el suspiro de alivio y la desesperación, entre la aparición de Carlos Abad a un cabezazo de Djurdjevic (min. 59) y una llegada de Álvaro Aguado que mereció finalizar en gol (min. 71). El serbio del Sporting estaba tan negado que incluso Álex Quintanilla evitaba que anotara el segundo para los suyos cuando restaban 15 minutos para el final del encuentro.

Lo intentó el Córdoba como solo el Córdoba lo intenta esta temporada, como esa gaseosa abierta el día anterior, con alguna burbujita, tras las que dudas en abrirte otra. Pero el conjunto blanquiverde no tiene otro plan. En ese escenario hace lo que puede, lo que las piernas le dan y, generalmente, es para muy poco. Esas llegadas que quedan al borde del área, que llevan más ruido en la expectación que levantan que en el resultado final de la ejecución. Alguna cosita de Álvaro Aguado, alguna pelea final de Andrés Martín -nótese, los hombres más jóvenes del plantel- y un atolondramiento más de Piovaccari. Poquito más. El Sporting, mientras tanto, fue a lo suyo. Que fue lo mismo que el Albacete, el Granada, el Alcorcón o el Almería. Esperar el enésimo regalo, simplemente tener paciencia. Llegó en el 81’ y también a balón parado. Carmona, entre varios defensores, en un área pequeña en el que no se vio tampoco al portero blanquiverde, tuvo tiempo de sobra para colocarse, girarse y fulminar las mínimas esperanzas que pudiera tener el Córdoba y alguno de sus seguidores más acérrimos.

La memoria, en ese final de partido, se fue a otra época, más reciente. Posiblemente, los milagros -o lo que fuera- de la temporada pasada tocaban a su fin, porque cuentan que la fuente de la buena suerte también termina por agotarse, por secarse, para convertirse en un pozo infecto donde todo lo que puede salir mal, sale peor.

Ahí está instalado este Córdoba sin solución, que ya lleva enfilado el camino hacia una larga agonía desde hace demasiado tiempo.

Ficha técnica:

Córdoba: Carlos Abad, Fernández, Flaño, Chus Herrero (Álex Quintanilla, min. 46), Álex Menéndez, Luis Muñoz, Blati Touré (Piovaccari, min. 75), De las Cuevas (Álvaro Aguado, min. 67), Andrés, Jaime Romero y Carrillo.

Sporting: Mariño, Geraldes, Álex Pérez, Peybernes, Molinero, Cofie, Nacho Méndez (Cristian Salvador, min. 67), Carmona, Aitor García (Ivi López, min. 67), Djurdjevic (Pablo Pérez, min. 80) y Álex Alegría.

Árbitro: Ávalos Barrera (Comité Catalán). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Luis Muñoz, Carrillo, Álex Quintanilla y Miguel Flaño y a los visitantes Álex Pérez y Nacho Méndez.

Goles: 1-0, min. 30: Carrillo. 1-1, min. 37: Peybernes. 1-2, min. 80: Carmona.

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima jornada del campeonato nacional de Segunda, disputado en el Estadio Municipal El Arcángel ante 10.196 espectadores.