El Juez de Disciplina Social de LaLiga emitió ayer una resolución en el expediente disciplinario incoado contra el Reus en la que acuerda la expulsión temporal por tres años del club de la competición profesional y le fija una multa económica accesoria de 250.000 euros. El Juez de Disciplina Social considera que, a la luz de la documentación obrante en el expediente, ha quedado acreditado el incumplimiento del Reus de los deberes o compromisos adquiridos -en forma del impago de mensualidades del salario- con sus jugadores, con la gravísima consecuencia adicional de que seis de ellos han tenido que abandonar el club. Estos hechos probados no han sido negados por el Reus en su escrito de alegaciones a la propuesta de resolución del instructor. Respecto a la compraventa de las acciones del Reus por una sociedad de nacionalidad estadounidense, el Juez de Disciplina Social considera que, si bien es una circunstancia constitutiva de propósitos y condiciones lícitos en sí mismos, configura una operación que, desde el punto de vista de su incidencia en el procedimiento sancionador, carece de efecto.

La afición del Reus Deportiu se manifestó ayer contra la expulsión del club y contra el presidente de LaLiga, Javier Tebas, y el antiguo propietario del club, Joan Oliver, a los que hace responsables de la actual situación de la entidad. En un comunicado, los seguidores pertenecientes al grupo de aficionados Redblacks tildan de «adulteración de la competición» la decisión de expulsar al Reus del campeonato, lo que supondrá a los rojinegros no volver a jugar en una liga profesional durante las tres próximas temporadas.

Además, los seguidores expresaron también su «animadversión con el antiguo dueño, Joan Oliver», y le desearon que «pague como máximo responsable, estafador, manipulador y persona non grata» en la ciudad.

Con la decisión, los resultados del Reus en la primera vuelta son válidos, mientras que en la segunda vuelta se darán sus encuentros como perdidos por 1-0 y por 0-1.