Puede ser que, de tanto mover el árbol, finalmente haya caído alguna manzana. La primera parte del duelo copero en El Arcángel ante el Nástic dio para varios apuntes. De hecho, el Córdoba obligó a tomar más notas en esos 45 minutos que en los 360 disputados en Liga. Entre otras cosas porque durante un buen rato el conjunto blanquiverde hizo fútbol. Nada de arreones, toques de corneta, pecho por delante y talones por detrás o «a por ellos mis valientes», no.

El Córdoba intentó jugar durante esos 45 minutos y, lo más sorprendente, lo logró en un buen trecho. Uno de los máximos responsables, si no el que más, hay que encajarlo en el apartado de descubrimiento: el de Blati Touré, un costamarfileño, internacional por Burkina Faso que jugaba en la segunda sueca, de donde se lo trajo Rafa Berges. Esos fichajes que los internautas gustan de marcar como random, que lo es, pero que en este caso dejó muchos detalles. Un tipo de fichaje en los que el Córdoba es especialista históricamente y que, con este caso, podría haber dado en la diana. Salida de balón, pase en profundidad con velocidad, sin pensar casi, ocupación de espacios, recuperación de balones… Una patada a la puerta de la titularidad liguera vistas las necesidades del equipo en el campeonato de plata, especialmente en un mediocampo falto de músculo siempre y de ideas, la mayoría de las veces. Otro descubrimiento, en menor medida que el anterior, fue el de Luis Muñoz. Rápido el malagueño hasta el extremo de rebañar un balón en propia área cuando Abeledo se colaba como una exhalación. También con buena salida de balón, el jugador cedido por el Málaga dejó claro que tiene hueco y que lo va a pelear. Otro descubrimiento, aunque éste anunciado, es el de Andrés Martín, que se estrenó como goleador con el primer equipo y que mostró que Sandoval puede tener una buena opción con él para la zona de ataque, aunque probablemente el canterano blanquiverde pueda hacer más daño algo más atrás, como segunda punta o incluso cayendo a banda.

En el apartado de reivindicaciones hay que anotar a Aythami Artiles. Al canario no hay que descubrirlo en ninguna de sus facetas y anoche, sobre el césped, volvió a dejar claro que es el defensa con más jerarquía del equipo. Enchufado (o si se trabaja en enchufarle) es un baluarte que este Córdoba no puede permitirse el lujo de desdeñar.

Piovaccari festeja su tanto de ayer. foto SÁNCHEZ MORENO

Ese primer acto, con un Quezada de menos a más, fueron 45 minutos de buenas sensaciones y de demostración de que este Córdoba tiene plantilla, a pesar de todas las dificultades sufridas en verano, por lo que su entrenador, tras lo visto, deberá plantearse seriamente el equipo para Málaga del centro de campo hacia atrás. Recuperar a los que salieron e introducir a los que demostraron en Copa que merecen una oportunidad en Liga.

En la segunda parte, tanto por el empeño del Nástic como por los cambios obligados en el Córdoba, el partido se equilibró más y los tarraconenses también tuvieron sus ocasiones. Una de ellas la desbarató Carlos Abad; otra, Aythami, y la última la falta de puntería. También los blanquiverdes tuvieron las suyas, como el palo de Jaime Romero y, en el descuento, el segundo tanto, obra de Piovaccari, que certificaba la demostración de que además de que este Córdoba tiene plantilla, debe aprovecharla al máximo. Ni más ni menos que hacer justicia y poner a pleno rendimiento el descubrimiento. Solo así llegará a competir.