El presidente del Córdoba, Jesús León, acaba de cerrar un compromiso de actuación para la entidad blanquiverde con Antonio Escribano, especialista en nutrición deportiva y reconocida personalidad en el mundo de la medicina y la endicronología en el ámbito deportivo.

El acuerdo, sellado este mediodía, ha tenido su representación en imagen con la visita que el propio presidente, Jesús León, junto al doctor Escribano, han girado al entrenamiento del conjunto blanquiverde, celebrado esta tarde en la ciudad deportiva.

Según fuentes de la entidad blanquiverde, el acuerdo no se circunscribe únicamente a lo que resta de temporada, sino que la colaboración se mantendrá a lo largo de las próximas campañas, al objeto de que la plantilla blanquiverde esté en los niveles óptimos para su rendimiento.

Catedrático de nutrición deportiva en la UCAM, Escribano es licenciado en Medicina por la Universidad de Sevilla y Premio Nacional de Medicina Deportiva 2016. Es o ha sido asesor de equipos como el Sevilla, Athletic de Bilbao, Tottenham Hotspur, Atlético de Madrid, Getafe, Zaragoza, Deportivo, Mallorca, Numancia, Murcia y Xerez. Del 2004 al 2016 fue responsable médico de la Federación Española de Baloncesto y a finales de 2012 se incorpora a la Real Federación Española de Fútbol, siendo nombrado director de la Unidad de Nutrición, Metabolismo y Composición Corporal.

Escribano se hizo especialmente conocido cuando entró a colaborar con el Sevilla, en donde, en plena época de éxitos sevillistas, se hizo hincapié en su famosa papilla, que daba a los futbolistas tanto al descanso de cada encuentro como al final del mismo.

Él mismo declaró años después que la composición de la misma era "muy sencilla. Está formada por un 50% de plátanos, naranjas, melocotones y melón en proporciones semejantes, un 2% de fructosa y el resto leche o agua. Lleva entre otros productos arroz, espagueti, manzana, frutos secos, zanahorias, se bate con leche y agua para mejorar su absorción y se procura que tenga un buen sabor. La toman en el descanso y al final de los partidos.

Esta papilla contenía alimentos ricos en hidratos de carbono para reponer el glúcogeno muscular perdido durante el ejercicio y ayudaba a evitar una buena pájara a mitad de partido o de carrera. Si a esta papilla le añadíamos una cantidad determinada de proteínas ayudaba a la recuperación post ejercicio (partido, carrera, etc.), mejorando la recarga de glucógeno y la síntesis de proteína o anabolismo muscular. En la fase post-ejercicio parece existir lo que se conoce como una 'ventana de la oportunidad' que va desde que finaliza el ejercicio físico hasta 45 minutos posteriores. Si en este periodo se ingieren los nutrientes adecuados, el sistema musculoesquelético iniciará la reparación de los daños inducidos por el ejercicio, incrementando la síntesis proteica y rellenando los depósitos de glucógeno. Durante este periodo las células musculares son más sensibles a los efectos anabólicos de la insulina (hormona segregada por el páncreas)".