La campaña de abonados del Córdoba para la temporada 2018/19, el primer proyecto de Jesús León desde el inicio, arrancó ayer de manera atípica por diversos motivos. El primero, porque generalmente las colas que se forman en torno a las taquillas de El Arcángel suelen ser masivas y mucho más largas que las que se vieron ayer. Alrededor de 300 aficionados se dieron cita en el estadio municipal, siendo Rafaelito (Rafael Hinojosa) el primero en renovar su abono. Eso sí, sin carné, ya que los plásticos encargados por el club no llegarán, previsiblemente, hasta finales de mes, por lo que en su lugar el club entregaba un cartón, que será intercambiable cuando los verdaderos carnés lleguen.

La llegada de Luis Oliver a las oficinas se hizo entre un pequeño barullo. El director general deportivo saludó a unos y a otros y se introdujo rápidamente en las instalaciones del estadio. Nada que ver con la llegada inesperada, minutos antes, de José Antonio Reyes, que fue saludado prácticamente por todos los congregados allí. Fotos, apretones de manos, «quédate», piropos de todos los colores y algún agobio más finalizaron con el utrerano accediendo a las oficinas, en donde le esperaba Joaquín Zulategui, secretario del consejo de administración. Posteriormente, Reyes charló con los dirigentes e hizo una entrevista para la televisión oficial del club. Un club en el que el sentir general es que en el mercado invernal Reyes estará de vuelta a España, para quedarse y para vestir de blanquiverde. Todo es posible, sobre todo teniendo en cuenta la particular personalidad del internacional sevillano. También se lanzó el anuncio oficial de la campaña que no gustó a nadie en general e incluso a más de un trabajador del club en particular.

Lo cierto es que para ser el primer día de campaña de renovación de abonos la jornada fue realmente atípica. A pesar de todo, el objetivo del club ahí está: 16.045 abonados.