Al Córdoba se llega llorado desde casa. Es verdad que hay motivos suficientes como para armar un coro de plañideras blanquiverdes, porque lo de este curso -y los anteriores- ha sido poner un parche sobre otro parche. Pero el caso es que, sea como sea, el equipo está a tiro del play off de ascenso a Segunda. Con dos entrenadores, un montón de jugadores, la movida de los impagos, una dirección deportiva enriquecida en vísperas del mercado y un turbulento cambio de gestores por medio, el Córdoba CF está vivo. Dijeron por ahí que había muerto, pero no. Este domingo hay partido, así que no hay nada más que hablar. Mejor pensar que no estamos tan mal.

Agné ha endurecido -más aún- su discurso y ha apelado a la madurez de los suyos para dar el paso necesario: puso fino a Owusu en la sala de prensa y elogió al delantero que acaba de llegar -Willy Ledesma, una leyenda del Extremadura y un tipo curtido en la división- y al que vendrá: Piovaccari, un tanque para el tramo final la batalla de la Segunda B. Ya tiene a Moutinho y Valverde, que a poco de aterrizar tuvieron su bautismo con la blanquiverde. Igual pasará con Willy, el único delantero en la lista de convocados para Murcia.

El Córdoba va sin su mejor creativo en ataque -el sancionado Javi Flores- y sin su máximo goleador -el fugado Owusu-, pero no se ha escuchado ni un lamento. Agné no está para tonterías. Los blanquiverdes no pierden fuera en Liga desde noviembre del año pasado.

Un zarpazo en Murcia sería el mejor punto de partida antes del kilómetro cero que supone el fin del mercado de invierno. Con unas opciones matemáticas razonables, los nuevos fichajes y El Arcángel detrás, todo es posible.