Carlos González vuelve a escena. Desde ayer es el presidente del Córdoba CF SAD. ¿Y eso qué significa? Para el empresario canario afincado en Madrid se trata de un movimiento estratégico de primera magnitud. Para quienes actualmente dirigen a la entidad -los administradores judiciales y el grupo de gestión de Infinity-, apenas un gesto sin trascendencia práctica. Ni lo uno, ni lo otro.

La junta de accionistas bicéfala de ayer, un episodio más dentro de la batalla por el control del Córdoba, dio como resultado la formación de un consejo de administración sin ningún poder ejecutivo. Además, todo apunta a la impugnación de la junta por defectos formales. González, sin embargo, tomó el desenlace de la junta con el valor de un triunfo.

El expresidente del Córdoba, que llegó al club en 2011 y lo vendió en 2018 a Jesús León en una operación que aún no está cerrada -se decidirá en los tribunales, por impago del último plazo de 4’5 millones por parte del montoreño-, fue elegido presidente en una junta de accionistas que tuvo lugar en la sede decidida por el registro mercantil. Los administradores judiciales fijaron la cita en el estadio municipal El Arcángel, pero finalmente allí no hubo nada.

El abogado Francisco Estepa y el economista Francisco Javier Bernabéu, administradores judiciales -y concursal, además, el primero-, abandonaron las instalaciones del estadio sin realizar declaraciones. Sí manifestaron su postura Álvaro Cerezo, el abogado de Jesús León (Aglomerados), y César Ollero, representante legal de la asociación Minoritarios CCF. El primero fue tajante: impugnará. «No tienen el libro de accionistas y no pueden acreditar que los que han asistido son los titulares de las acciones», expresó. El segundo dejó claro que su organización «no está con nadie» sino «por el bien del Córdoba».

En una sesión fulgurante, González sacó adelante el orden del día para fijar el nuevo consejo con su presidencia, al que se añaden Alejandro González -su hijo y expresidente cordobesista-, el abogado Iván Zaldúa -de Azaveco- y un representante de Minoritarios. En esta junta del hotel Córdoba Center estuvo presente el notario del registro mercantil, Manuel Rodríguez Poyo.

El escenario en el Córdoba sigue siendo un auténtico galimatías, con intereses cruzados y una institución que vive en un estado de provisionalidad pese a que la llegada de la inyección económica del grupo bareiní de Infinity permitió «salvar a un Córdoba que estaba muerto», según declaró en reiteradas ocasiones Francisco Estepa, el brazo ejecutor a día de hoy de un proceso de reconversión que tiene muchas aristas y preguntas en el aire.

¿Qué supone el cambio?

El nuevo consejo del Córdoba CF SAD, sin función... o no

Apenas unos instantes después de la formación del nuevo consejo de administración del Córdoba SAD, su nuevo presidente -sustituye a León, destituido como todo su equipo por el juez- anunció la primera medida. Solicitarán al Juzgado de Instrucción número 5 de Córdoba el levantamiento de la administración judicial y concursal. Las consecuencias de esta solicitud, si finalmente es atendida, se verían con el tiempo. Y habrá que comprobar si prosperan -sus promotores no tienen duda sobre ello- las solicitudes de impugnación de la junta.

Carlos González (Azaveco) estaría en disposición de negociar con Infinity una operación -venta al propio grupo bareiní o a otros- para garantizar la viabilidad del Córdoba. También está la opción de capitalizar y convertir la deuda en patrimonio.

¿Quién dirige el club?

No hay ninguna alteración inmediata

No hay cambios. Están los administradores judiciales -Estepa y Bernabéu- designados por el juez y el equipo de gestión del grupo Infinity, con Javier González Calvo como consejero delegado de la Unión Futbolística Cordobesa, sociedad creada expresamente para adquirir la unidad productiva del Córdoba CF. El presidente es Abdulla Al-Zain y el vicepresidente Mohammed Al-Nusuf, los bareiníes que aterrizaron en la ciudad y expusieron su proyecto a los representantes institucionales y empresariales de la ciudad hace unas semanas. El grupo ejecutivo en Córdoba lo completan los consejeros Adrián Fernández, Jesús Coca, Miguel Gómez y Antonio Palacio.

¿Cómo afecta al equipo?

Ya se verá en junio

El Córdoba está compitiendo en el grupo IV de la Segunda División B como Córdoba CF SAD, después de superar una situación económica crítica con la llegada de Infinity, que permitió solventar los débitos más urgentes y regularizar pagos al personal deportivo y no deportivo. El nombramiento de un nuevo consejo de administración del Córdoba CF SAD no tiene ningún efecto inmediato, aunque sí encierra un valor clave para el futuro. No queda desactivado -como estaba tras los sucesos de la etapa de León- y podría cobrar valor en cuanto termine la presente temporada.

La Federación Española de Fútbol (RFEF) es taxativa. Los responsables de Infinity conocen que el organismo que rige el fútbol español se ceñirá a su normativa para abordar el «caso inédito» de la adquisición de la unidad productiva de una SAD para su integración en otra nueva.

Según refleja de forma clara en un escrito de la Federación al juzgado número 5, no hay impedimento alguno a la operación que ha permitido la subsistencia del Córdoba, pero distinto es el asunto de la inscripción para la temporada de competición 2020-21. El Córdoba CF SAD , no estaría, en caso de consumarse el trasvase a la nueva sociedad, en condiciones de participar en otra categoría distinta a la más baja del ámbito territorial: la Segunda Provincial.