Erik Expósito es un tinerfeño atípico. Nunca jugó en el equipo su isla, sino que lo hizo en la UD Las Palmas tras un primer periplo en la península. Con solo 22 años llegó este verano al Córdoba con la misión más difícil en el fútbol, encargarse de perforar la portería de los rivales.

-Usted es tinerfeño pero nunca jugó en el Tenerife, sino que lo hizo en Las Palmas.

-En mi familia hay gente de Las Palmas y del Tenerife, y se lleva como un pique sano.

-Con Setién y Jémez se hizo ya jugador profesional.

-Primero con Quique, que debuté en Primera, ahí fue cuando más destaqué. Jugaba en el filial y me dieron la oportunidad de subir al primer equipo. Al año siguiente llegó Jémez y jugué más partidos. Marqué mi primer gol en Primera, en Balaídos contra el Celta. Mi bisabuelo marcó en la inauguración de ese campo 90 años antes, y hacerlo yo después fue algo bonito.

-Vaya, que el fútbol le viene de familia.

-Sí, desde pequeño aprendí a caminar con un balón. He estado toda mi vida ligado al fútbol.

-¿En Canarias se vive el fútbol de una manera especial?

-Sí, en Canarias han salido jugadores de la talla de Silva o Pedrito, futbolistas de mucha calidad que han triunfado.

-Su salto a la península fue en el Lorquí de Murcia.

-Primero jugué en el Lorquí, efectivamente. En mi último año de juvenil me firmó el Málaga y jugué en Tercera con el Atlético Malagueño. Después estuve cedido en el Rayo Cantabria y finalmente me firmó Las Palmas.

-¿Le costó adaptarte después de su salida de las islas?

-Todo el mundo dice que a los canarios nos cuesta al principio adaptarnos a jugar en la península. Y en mi caso es verdad. Nunca había salido de las islas y el mundo del fútbol es distinto fuera de Canarias. Pero tienes que intentar aclimatarte cuanto antes, estar dispuesto a darlo todo.

-¿Y cómo lleva sus primeras semanas en Córdoba?

-El clima de Andalucía es el más parecido al de Canarias. Aún así cuesta un poco adaptarse, pero creo que ya estoy consiguiéndolo.

-Para el aficionado que aún no le conoce. ¿Cómo se definiría?

-Puedo jugar de cara y también pedirla al espacio. Son movimientos que dependen de cada fase del partido. Me considero con buena pegada en mi pierna izquierda.

-¿Lleva con presión que llegase para ser el goleador del equipo?

-No. Si te metes presión jugando al fútbol no puedes dar todo lo que quieres. Para mí el fútbol es jugar como sabes, demostrarlo sin necesidad de presión extra.

-El equipo ha arrancado muy mal. ¿Cómo ve la situación?

-Veo a mis compañeros muy bien, en el sentido de que dentro del campo hay fases del juego en la que competimos bien. Por pequeños errores perdemos los partidos, pero dentro del vestuario estamos todos unidos. Sandoval nos anima un montón para que no nos vengamos abajo. Estamos en una mala racha pero espero que acabe cuanto antes, si puede ser ante el Tenerife.

-¿Jugar contra el Tenerife es un aliciente especial para usted?

-Es un buen partido. Nací en Tenerife pero nunca jugué en ese club. Esperemos que desde este partido comencemos a sacar los partidos.

-¿Qué es lo que falta para que este Córdoba comience a ganar encuentros?

-Los pequeños errores que tenemos los hemos pagado. Yo no veo que nos falten muchas cosas. En todos los equipos cuando se pasa una mala racha se juega más atrancado. Pero Sandoval nos pide que juguemos tranquilos.

-¿Le ha sorprendido especialmente algún compañero?

-Todos son buenos jugadores, en el Córdoba hay mucha calidad. Pero me gustan especialmente Alfaro y Aguado.

-¿Cómo se compenetra con Piovaccari y Andrés Martín?

-Todos aprendemos de todos. Lo idóneo es que vayamos adaptándonos entre todos al sistema que ponemos en práctica.

-Para finalizar. ¿Se marca una meta de goles esta temporada?

-Yo no me pongo metas de goles. Con que el equipo saque los tres puntos me vale. Eso sí, cuantos más goles marque mejor. Para mí lo más importante es que el Córdoba saque los tres puntos. Los goles vienen cuando tienen que venir.