El Córdoba volvió ayer al trabajo tras su jornada semanal de descanso en una sesión que comenzó con más de una hora de retraso. Mucho había de qué hablar en El Arcángel antes de ponerse a trabajar sobre el césped. Y también hubo mucho esfuerzo sobre el verde, ya que el entrenamiento dirigido por José Ramón Sandoval se prolongó durante casi dos horas. Trabajo físico para empezar y mucho ejercicio de presión y recuperación de balón, uno de los grandes hándicaps de este Córdoba en este mal inicio liguero, en el que la recuperación de la posesión apenas se ha visto durante los 270 minutos de Liga.

Posteriormente, partidillo a la mitad de campo en el que hubo un nombre destacado: Erik Expósito. El tinerfeño dejó detalles de la importancia que puede tener en este Córdoba siempre que el propio equipo pueda hacerle llegar balones en el entorno del área rival. Mete cuerpo, tiene suficiente movilidad y un notable disparo. De hecho, en más de una ocasión Sandoval estuvo encima del delantero cedido por Las Palmas, llegando a felicitarle en algunas de las acciones.

Una llegada esperanzadora, sobre todo teniendo en cuenta que Federico Piovaccari jugó infiltrado el pasado domingo en Albacete, pese a lo cual aguantó durante todo el choque. De hecho, Sandoval dudó en alinearlo de inicio.

También estuvo ayer el otro fichaje blanquiverde que llegó en el último momento, Miguel de las Cuevas, que se puede desenvolver en cualquier zona del ataque. La otra nota destacada la protagonizó Jaime Romero, que se ejercitó aparte del grupo ya que sus molestias musculares persisten y habrá que esperar a los próximos días para saber si podrá estar ante el Alcorcón.