-Volvamos al pago. ¿Qué haría usted si fuera Jesús León?

-Yo, si fuera Jesús León, el planteamiento que haría sería consignar los 4,5 millones a la justicia y que la justicia determine si ese dinero le corresponde al señor González o le corresponde al Córdoba CF, por los daños que le haya podido ocasionar por su gestión.

-El dinero, finalmente, hay que ponerlo.

-Yo entiendo que el dinero es del Córdoba. Si a este señor -por González- se le demuestran estos delitos y existe sentencia condenatoria firme que demuestre esos delitos el beneficiario de todo el dinero debería ser el Córdoba CF, que fue de donde salió el dinero y es de donde no tenía que haber salido nunca. Pero para que eso llegue a buen fin hace falta que se resuelvan todos estos procedimientos, un embrollo legal que pueden suponer cuatro o cinco años perfectamente. Entonces, puede que no haga falta ponerlo inmediatamente y que a la vista de la investigación pues no sea requisito indispensable. Si se demuestra la existencia de esos delitos y el juez adopta las medidas cautelares necesarias y oportunas, seguramente el procedimiento civil y mercantil pueden quedar supeditados al penal por que haya una prioridad del procedimiento penal, una prejudicialidad. Y que todos los procedimientos queden a expensas de este y cuando este se resuelva se resuelvan los otros. Entonces, las consignaciones y garantías de Jesús León podrían estar supeditadas a todo esto.

-La prejudicialidad no depende del momento en el que se presenta la reclamación.

-No. La querella puede estar admitida a trámite a finales de septiembre, porque agosto es totalmente inhábil.

-¿Qué es lo que más le ha llamado la atención sobre la investigación y peritaje realizados de la etapa de Carlos González en el Córdoba?

-La desfachatez con la que se hacen las disposiciones de efectivo del Córdoba. Saca el dinero del Córdoba, 910.000 euros que tenía el club en su tesorería, y el Córdoba le tiene que hacer una transferencia a la Agencia Tributaria, directamente, para pagar las deudas con Hacienda de Ecco Documática. Eso, es decir, es una vergüenza. Esa desfachatez de llevarse el dinero del club para su interés propio y para saldar sus deudas con Hacienda… Lo primero es el tipo de personaje del que estamos hablando, que ya debía un millón de euros a Hacienda. Eso dice ya mucho. Un personaje que ya le debe un millón a Hacienda y que viene a cobrárselo por vía ejecutiva. Es decir, que si este no llega a tener al Córdoba, no le cobran el millón nunca. Que saque el dinero del Córdoba y que se lo saque a la contratación de futbolistas y al día a día del club, dejándolo sin presupuesto y sin dinero, a expensas de cubrir él sus propios intereses a mí me parece de una desfachatez, de una caradura y de una sinvergonzonería sin precedentes. Y luego, las operaciones de contratos que yo considero que son simulados para desviar fondos del Córdoba a raíz del ascenso para enriquecerse personalmente y poder pagar así a Prasa. La forma burda y la desfachatez con la que lo hace… Y luego, lo que ya me resulta casi jocoso, de chiste, porque es de vergüenza, son los errores que cometen a la hora de realizar esas manipulaciones contractuales. Hacen contratos predatados en el tiempo y se acogen a leyes que se aprobaron con carácter posterior. Es decir, hacen contratos de consultoría por un millón de euros a cambio de servicios que se prestarán de forma verbal. Solo le hace falta añadir: “En la barra de un bar y tomando unas cañas con aceitunas”. Es una vergüenza. Son muy cutres, muy poco profesionales, muy poco serios. Delincuentes de guante blanco, pero son aficionados de los delitos económicos, porque todo lo que han hecho lo han realizado a salto de mata: ‘Ya me he llevado el dinero del club y ahora tengo que justificar la manera contable para darle encaje’. Y empieza a montarse una serie de documentos que son contradictorios entre sí, que están vacíos de fundamento y que es una trama perfectamente documentada. Hay falsedad documental, hay falsedad contable, administración desleal, apropiación indebida y corrupción entre particulares. En realidad, los delitos son más, porque todo esto va acompañado de falsificar contratos, la contabilidad, para poder llevarse el dinero. Y lo hacen de forma burda, grotesca y muy poco profesional.

-Visto lo visto, ¿qué debe hacerse con ese pago?

-Darle el dinero a un tipo de personaje como este es darle alas a que coja un avión, se vaya a Sudamérica y no lo encuentres más. Porque se enfrenta a delitos muy graves. Y si coge el dinero, con esas imputaciones y con una investigación abierta, este coge un avión y se va a perder. Entonces, mi recomendación sería acudir a la justicia, explicar la situación, explicar la gravedad de los hechos y, ante el riesgo de fuga, el riesgo de que se quite de enmedio, el riesgo de que no vuelva a restituirse ese dinero al Córdoba en perjuicio de los accionistas del club yo, ese dinero, nunca se lo pagaría a Carlos González y lo consignaría ante la justicia. Y que sean ellos los que tengan que decidir cuál es la finalidad de ese dinero si esos delitos, que yo sostengo que existen, se demuestran en sentencia firme.

-¿Es posible más de un cambio de propiedad en estos 4 o 5 años?

-Aquí es posible todo, porque en el fútbol tiene cabida todo. Y luego, además, es una sociedad viva. Y en las sociedades vívas tiene cabida todo. Lo que sí es cierto es que los cambios que se puedan producir serán en escenarios de una inseguridad jurídica muy alta. ¿Podría alguien venir a comprarle las acciones a Jesús León? Podría. Pero con esos pleitos puestos, sin saber si las acciones son de él o no son de él cabría una incertidumbre muy alta. Yo entiendo que en este tipo de procedimientos llega un momento en el que o las partes se entienden o se eterniza y están en suspenso durante una temporada. En ese aspecto me preocupa que el Córdoba entrara en un estado zombi durante tres o cuatro años en los que no se resuelvan los procedimientos, en los que no se avance la resolución de los mismos y en ese periodo pues sea difícil encontrar financiación para encontrar un proyecto nuevo o que se encuentre la necesaria. Porque ¿quién quiere invertir en un club que está supeditado a unas sentencias? Es muy compleja la situación. Ahora, si llegara alguien que quisiera poner paz entre las partes y dijera: ‘Vamos a hablar con este o con este y yo me meto’, pues sería otro escenario, que es el que yo veo como más posible.

-Un relator.

-(Ríe) Sí, un relator. Alguien que dijera, bueno, hay dos partes en litigio, contento a las dos partes y entro. Eso es lo que yo creo que podría valorarse. Pero tendrían que tener las ideas muy claras y que las partes sean conscientes de cuál es su situación real. Y en el momento en el que estés pendiente de tres resoluciones distintas, en el mercantil, civil y penal, la incertidumbre es muy alta.

-La subasta, si llega, debe tener un respaldo judicial, ¿no?

-Sí, si está impugnada la subasta en un procedimiento civil, efectivamente. En el caso del Cádiz, pues vino Del Nido con Pina, crearon Locos por el Balón y se quedaron con las acciones. El vendedor era Antonio Muñoz, quien supuestamente había impagado era Sinergy y los que se quedaron con el Cádiz fueron Locos por el Balón. ¿Qué ocurre? Que luego lo han perdido por sentencia y han obligado a devolverle las acciones a quien supuestamente no las pagó, que sería el mismo caso con Jesús León y el Córdoba. Por eso digo que las similitudes entre el Córdoba y el Cádiz son muchas. Y lo hemos ganado. Y la experiencia que nos da eso es mucha.

-En el contrato de compraventa se especifica que, además, González se queda con el primer pago, de cinco millones.

-Sí. Se queda con el dinero, son cantidades de entrega a cuenta. Es una cláusula civil perfectamente válida. Ahí no hay problema ninguno si no fuera por el embolado que hay detrás de los delitos que han salido y de las posibles deudas de González con el Córdoba y de que el club que se vendió, su contabilidad no reflejaba la imagen fiel de la empresa y que el club tiene unos derechos de cobro sobre González que no están estipulados y por los delitos que habían ocultado en la venta. Porque esos informes de BDO y esos dosieres de LaLiga ya existían y ellos eran conocedores de los mismos. Entonces, en derecho civil, si yo te vendo una casa yo tengo derecho a recuperar mi casa. Es una cosa normal. Ahora, si te vendo una casa y no me la pagas, yo tengo derecho a recuperarla, pero si la casa me la vendes con vicios, con pilares rotos, y esos pilares se han caído y me han matado a alguien y me han creado daños y perjuicios y tengo unos derechos económicos sobre suted, porque esos vicios usted no los declaró, pues tenemos un embolado importante. Si me ha engañado al venderme la casa, porque lo que me vendió no es lo que yo compré y usted me vendió una cosa que no es, además, me ha causado un perjuicio que tengo derecho a que usted me lo indemnice. Y somos nosotros los encargados de resolver esos galimatías.

-Un horizonte complicado.

-Dice la maldición gitana que “pleitos tengas y los ganes”. Yo creo que siempre es mejor un entendimiento que un pleito. Pero también entiendo que cuando haya constancia de delitos graves hay que irse a la fiscalía y denunciarlos. Por encima de todo, porque hay muchos perjudicados por medio. Hablamos de todos los accionistas, que no pueden quedar al margen de cualquier arreglo. ¿Es bueno un entendimiento? Seguro. Pero hay ocasiones en los que el entendimiento tiene unos límites.

-Entonces, sin acuerdo, que no se vislumbra, habrá que tener paciencia, porque va para largo.

-Si vamos a procedimiento judicial esto va para largo. Si los equipos jurídicos lo hacen bien, seguro que vamos para largo.