Ya en el verano del 2009, con José Miguel Salinas recién accedido a la presidencia del club, el Córdoba planteó una cesión de El Arcángel con el fin de permitir a la entidad blanquiverde la subsistencia. La idea final de la explotación de la instalación quedó aparcada, aunque sí pudo el club incluir la entonces la recién estrenada construcción del fondo norte en los balances contables para evitar la causa de disolución. Posteriormente, tanto los administraciones concursales como el primer propietario tras la venta de Prasa, Carlos González, reclamaron la necesidad de una cesión que conllevara también la posibilidad de instalación del estadio.

De hecho, Daniel Pastor, aseguró que dicha cesión con explotación era vital para la supervivencia de la entidad blanquiverde. González anduvo cerca de cerrar el acuerdo con el Ayuntamiento, entonces gobernado por el PP, pero se quedó a las puertas. De hecho, la falta de acuerdo generó no pocas tensiones entre Carlos González y el gobierno local, plasmadas en aquella Feria y la necesidad de tomar fluido eléctrico del estadio a lo que el club se negó. En aquellos tiempos se llegó a hablar de una sociedad mixta (con participación pública y privada) para la explotación de la instalación municipal. También se dio luz a un informe en el que se advertía de la dificultad de dicha explotación, ya que el propio estadio, aun dentro del casco urbano, se encuentra aislado, por lo que aconsejaba inversiones previas a la intención de explotación de El Arcángel.

Ahora es Jesús León el que acomete de nuevo la intención de lograr un convenio de cesión -el actual está caducado desde hace años- que conlleve la explotación del estadio para generar ingresos. Intentos que tradicionalmente han terminado en fracasos.