Hay preocupación en el Córdoba. La lógica después de que el conjunto blanquiverde haya sumado sólo dos puntos de los 15 primeros disputados y tras ofrecer de nuevo, en Málaga, una imagen descorazonadora. De hecho, ya en el palco de La Rosaleda se pudieron comprobar esas caras que se ven tras una clara derrota y con poca esperanza en el porvenir. Jesús León comandaba la expedición blanquiverde a la Costa del Sol y el presidente fue el primero en darle una vuelta al equipo. El mandatario visitó ayer las instalaciones de El Fontanar, en donde se ejercitaba la plantilla en una sesión de recuperación en la que no estuvo Jesús Valentín, al que se le harán pruebas mañana, según informó ayer la entidad blanquiverde.

En principio, León departió con Sandoval con los jugadores cerca, realizando estiramientos. Una vez que éstos se retiraron a vestuarios, el presidente prosiguió la charla con su entrenador durante unos minutos más. En el horizonte, el partido del próximo sábado ante el Tenerife, uno de los cuatro equipos de Segunda, junto al propio Córdoba, el Elche y el colista, Extremadura, que aún no conocen el triunfo en esta temporada. Un partido para el que no podrá contar el técnico blanquiverde con Carlos Abad, por la cláusula del miedo. El portero chicharrero, curiosamente, fue de lo poco salvable ya no sólo en Málaga, sino en lo que se lleva de temporada y, sin embargo, ha encajado seis goles en los tres encuentros en los que ha actuado bajo la portería cordobesista, la más goleada de la categoría con 13 goles.

Las caras serias de ambos eran evidentes, aunque con más gesticulación por parte del técnico blanquiverde, algo ya «marca de la casa». En la retirada, un León cabizbajo saludó antes de marcharse a algunos de los jugadores en una clara muestra de que el dirigente había acudido para palpar el ambiente en el grupo, pero sobre todo, para escuchar la valoración que hace el entrenador tanto del arranque liguero como del encuentro del pasado sábado en La Rosaleda.

Desde que el director deportivo, Rafa Berges, asegurara que el duelo ante el Alcorcón era «una final», el equipo sumó ese punto ante los alfareros, ganó el partido de Copa ante el Nástic y cayó en La Rosaleda. El sábado, ante un Tenerife con exigencias, toca una nueva final.