La pregunta, después del empate del pasado sábado ante el Oviedo, la próxima visita a Los Pajaritos y el objetivo a lograr, la permanencia en Segunda, persiste en el aire: ¿Hasta dónde puede alargar este Córdoba la racha de jornadas invicto para facilitar la salvación? En principio, podía pensarse que largas rachas en la categoría de plata en blanco y verde no habría muchas y que, de haberlas, habría que desempolvar la hemeroteca. Pero lo cierto es que la mejor serie de jornadas invicto del Córdoba en Segunda División es de este mismo siglo. En concreto, de la temporada 1999/2000, campaña que significó el regreso del club blanquiverde a Segunda tras casi 18 años de ausencia. Nada menos que diez jornadas estuvo el Córdoba de Pepe Escalante sin doblar la rodilla, con ocho victorias y sólo dos empates. Aquel equipo blanquiverde, con los Juanito, Roberto, Puche, Diego Ribera o Rafa Navarro tuvieron dos meses pletóricos. Tanto, que en la jornada 22, una vez disputada la primera vuelta, el Córdoba se situaba en puestos de descenso después de perder por la mínima en El Molinón. Precisamente en el puesto 20 de la tabla, aquel Córdoba veía la salvación a dos puntos, que marcaba el Leganés con 25. En cualquier caso, era donde se podía esperar que estuviera un equipo recién ascendido y con casi dos décadas de ausencia de Segunda.

En el regreso a El Arcángel, el Córdoba se impuso también con dificultades al Recreativo de Huelva (2-1) en un duelo entre candidatos al regreso a Segunda B. Era la jornada 23 y en la siguiente el Córdoba visitaba al colista, el Toledo, al que goleó en el Salto del Caballo (0-3). Una nueva goleada, 3-0, al Mérida en El Arcángel fue el anticipo del primero de los dos empates de la serie, en este caso a cero, ante el filial del Atlético de Madrid. Posteriormente, se ganó 2-1 al Leganés en El Arcángel y se ganó en El Sadar (0-2) a un Osasuna que terminaría ascendiendo a Primera. Precisamente, el actual Córdoba deberá girar visitas en una semana al campo rojillo. Después del viaje a Navarra tocaban dos jornadas consecutivas en El Arcángel en las que se recibía al Extremadura y al Compostela. El Córdoba de Escalante se impuso por 2-1 y 1-0 respectivamente a extremeños y gallegos para volver a viajar, en aquella ocasión, a Las Palmas, en donde esperaba el Insular. El equipo amarillo estaba situado en puestos de ascenso y los blanquiverdes arrancaron un varioso empate para sumar su novena jornada invicto y esperar a la décima, en donde se impusieron por la mínima al Logroñés. De estar a dos puntos de la salvación a finales de enero, aquel Córdoba pasó a estar a un solo punto del ascenso a Primera y a dos del líder, que en aquella jornada era el Tenerife. El conjunto chicharrero tuvo cuatro entrenadores aquella campaña y en las diez últimas jornadas sumó sólo tres puntos.

El Córdoba había logrado una transformación absoluta, convirtiéndose en la revelación de la categoría e ilusionando a su afición. De estar a dos puntos de la salvación a colocarse a uno solo del ascenso. La serie se rompió en Lleida, colíder entonces de Segunda. El conjunto blanquiverde acudió con casi media docena de bajas y perdió por la mínima, pero el notable alto ya estaba firmado para la temporada.

«Había gente importante en aquel vestuario, de los que apretaban, porque esa gente es importante tenerla en la caseta», recuerda uno de los protagonistas de aquella historia, Rafa Navarro. «No se podía relajar nadie y era un vestuario muy competitivo», comenta el 10 blanquiverde, que tiene una mención especial para dos hombres: Roberto y Diego Ribera. Sobre el primero hace memoria: «Sobre todo él, uno de los que más mantenían esa tensión competitiva en el vestuario, coincidí con él ya en el Villarreal». Y sobre el goleador rememora un detalle que basta como ejemplo de lo que era aquel Córdoba y de cómo afrontar la competición.

«Todo el mundo recuerda el gol de chilena al Logroñés, para mí, uno de los más bonitos que se han marcado en El Arcángel, pues siempre que hablo con Diego lo comentamos. Fíjate que esa jugada la ensayábamos siempre en los entrenamientos: le centraba y él hacía la chilena. Pues en ese partido montamos la contra, corrí con el balón, recorté y se la coloqué», comenta Rafa Navarro con una sonrisa.

«Yo no sé si los rivales sienten o tienen muy en cuenta que llevas muchas jornadas sin perder, lo que sí te puedo decir es que hay algo en el ambiente, algo alrededor del equipo que hace pensar que puedes sacar adelante todos los partidos. Y eso nos pasaba a nosotros», asegura. Además, Navarro insiste en que «recuerdo que salíamos con esa confianza de que ibas a ganar el partido, no sé, lo ves como más fácil», explica el cordobés, que hace una extrapolación al Córdoba de hoy. «Es como el partido del sábado contra el Oviedo. Ese partido, hace un par de meses no se hubiera empatado, seguro, y fíjate que un poco más y hasta lo gana. Pues es algo parecido», explica Rafa Navarro.

«¿Que si pueden hacerlo? Claro que sí. El equipo está mucho más consistente», asegura Rafa Navarro. Él y otros mostraron el camino al actual Córdoba.