De La ilusión ni tocarla al #VolveremosaAbrazarnos, un repaso a una década de campañas de abonos del Córdoba CF permite entender mejor el leit motiv de la actual, la 2020/21, inmersa en una situación sanitaria y económica de completa incertidumbre por la pandemia del coronavirus.

De aquellos spots como el Déjate de pegos, cuando las aspiraciones del club eran regresar a Primera y no, como ahora, volver al fútbol profesional, al himno melódico de Queco con el apoyo de Paco Montalvo al violín en la hierba de un El Arcángel que estará siete meses sin servir de tapete a un partido de fútbol.

La pasión blanquiverde no entiende de argumentos racionales. El devenir del Córdoba CF en los diez últimos años solo puede explicarse como una caída constante en la que solo circunstanciales paracaídas de emergencias evitaron lo que finalmente ocurrió, el descenso a Segunda B.

Para el regreso al fútbol profesional solo queda creer en la fuerza de un club con una masa social grande y fiel, que huye del fracaso armada con la paciencia como bandera. Por ello, en esta campaña de abonos el club ha tirado de dos estandartes de la música de la ciudad con proyección internacional. Una manera de explicar, solo con melodías, la importancia de una ciudad y de un club que no quieren pasar más que un año en el lodazal de Segunda B y regresar de manera inmediata a Segunda División.

Stankevicius fichó por el Córdoba CF en el verano del 2015. / CÓRDOBA

El verano del 2015 fue el del regreso a Segunda tras el efímero paso por la élite nacional. Entonces, el club apostó por fichajes de cierto relumbrón como Crespo, del Bologna; Héctor Rodas, del Real Betis; Pedro Ríos, del Xerez; o Stankevicius, con experiencia en el Sevilla FC y la Lazio italiana. El objetivo del club, entonces propiedad de Carlos González, era el de armar una plantilla competitiva que retornase a Primera por la vía de urgencia. El Girona impidió aquel sueño en el play off de ascenso, pero se superaron los 15.000 abonados, una cifra que cinco años después parece una utopía.

Héctor Rodas celebra un gol con el Córdoba CF. / LOF

En la 2017/18, con aquel Déjate de Pegos como lema, continuaron las habituales revoluciones en el vestuario del Córdoba CF. Un total de 16 fichajes, algunos tan sonados como el de Rodri para la delantera, el montoreño Javi Lara para la mediapunta o el del onubense Alejandro Alfaro para el ataque. Todos con experiencia en Primera, aunque el devenir blanquiverde en la 2016/17 tuvo algo más que pegos. Más cerca del descenso que del play off, fue la antesala de una 2017/18 que captó a los habituales 14.000-15.000 socios, todos ellos sufriendo de lo lindo para una permanencia heroica.

Fue una campaña de abonos muy curiosa aquella. Bajo el lema #LocoporelCórdoba, el club blanquiverde anunció en redes sociales siete fichajes de una tacada. A priori eran hombres importantes que venían a ser titulares y a los que no se les discutía su calidad. A priori. Porque la mayoría no aportó, ni de lejos, lo que se esperaba de ellos. Jona Mejía o Jaime Romero fueron claros ejemplos de la enorme diferencia entre la expectativa y la realidad.

Aquella locura prosiguió en el mercado invernal. Con el cambio de propiedad y la llegada del tándem Jesús León-Luis Oliver, se tiró la casa por la ventana. Llegaron una decena de fichajes con José Antonio Reyes, posteriormente fallecido en un accidente de automóvil, como gran estandarte. El mini-stage en Montecastillo llevó a la locura a la afición blanquiverde, que pasó a creer en una remontada de 13 puntos que acabó convirtiéndose en una realidad en la última jornada en El Arcángel.

José Antonio Reyes en su presentación junto a Luis Oliver y Jesús León. / SÁNCHEZ MORENO

Muchísimas cosas han pasado en el club blanquiverde desde entonces. En esta campaña de abonos para la 2020/21 la nueva propiedad, Infinity, ha tirado de paciencia. Ningún fichaje anunciado, ni siquiera rumores claros. No hay caras nuevas que llevarse a la boca ni tampoco promesas deslumbrantes. Tampoco cree ya el aficionado del Córdoba CF en milagros. Atiende a una promesa de un presupuesto muy importante para Segunda B que debe llevar a la llegada de nuevos jugadores procedentes de equipos que pelean por el play off de ascenso.

De ahí deben llegar los nuevos estandartes de una hinchada hambrienta de nuevos héroes deportivos. Mientras tanto, la esperanza de un nuevo abrazo colectivo para celebrar un gol del Córdoba CF en El Arcángel parece suficiente premio. Mientras pasan los meses hasta que llegue octubre y se reinicie la competición, el socio pasará por taquilla para renovar su ilusión. Esa que nunca se gasta a orillas del Guadalquivir.