Si en la edición de ayer se analizaban los problemas que sufre José Ramón Sandoval en los laterales, no sólo para el encuentro del próximo domingo, sino también en los siguientes por las lesiones de Jesús Valentín y José Manuel Fernández más las dudas que ofrecen en esos puestos Javi Noblejas y Miguel Loureiro, el entrenador blanquiverde tiene otra vía que atajar en el duelo del Santo Domingo, ante el Alcorcón.

Y esa vía no llegará por los costados, sino por dentro. El equipo de Julio Velázquez no se destaca, precisamente, por su faceta anotadora, ya que es junto al Albacete el cuarto equipo menos goleador de la categoría de plata y sólo superan en esa estadística al Sevilla Atlético (17), al Reus Deportiu (21) y al Lorca (23). Por lo tanto, sus delanteros no tienen números que deslumbren, precisamente, en esta temporada. Jonathan Pereira y Álvaro Giménez tan sólo han anotado tres goles cada uno cuando ya se han jugado dos tercios de Liga. La defensa alfarera tampoco ha podido aportar en exceso, como se puede adivinar, con un gol por cada demarcación: Bellvís, Laure, David Fernández y Esteban Burgos. Pero la línea que está siendo más productiva en ese apartado es el centro del campo y, en especial, la pareja de mediocentros, que pasan por ser, hoy por hoy, los máximos goleadores del Alcorcón.

Albert Dorca y Álvaro Peña han anotado cinco goles cada uno en lo que se lleva de campeonato. Así, los cinco tantos anotados por el segundo han supuesto cinco puntos para los alfareros: anotó el tanto del triunfo en Zaragoza (jornada 4), así como el del empate en Santo Domingo ante el Huesca (jornada 18) y ante el Tenerife (jornada 27). Además, marcó uno de los tres goles de los amarillos en el Nou Estadi de Tarragona (jornada 11), con los que sumaron tres importantes puntos.

Pero Albert Dorca es el otro hombre a seguir especialmente. Siempre que anota el de Olot el Alcorcón puntúa y en la mayoría de los casos gana. Marcó el único gol de los alfareros contra el Albacete en Santo Domingo (jornada 3), abrió el marcador en casa en la victoria contra el Almería (jornada 20), también marcó en el referido triunfo en Tarragona y volvió a marcar en dos ocasiones más: en el empate en casa ante el Lorca (jornada 14), y uno de los dos tantos que anotó el Alcorcón en León para sumar un punto (jornada 17).

Es decir, siempre que anota Dorca, el Alcorcón no pierde y junto a su pareja en la medular, Álvaro Peña, firman el 42% de los goles de los alfareros en Liga. Por lo tanto, si el Córdoba ha de arreglar esos costados que andan desguarnecidos, Sandoval tendrá que reforzar de manera especial el centro del campo el próximo domingo ante el Alcorcón.

Por si fuera poco, en la fase defensiva, tanto Dorca como Álvaro Peña son pilares importantes en el sistema de Julio Velázquez, ya que firman casi el 20% de las entradas de todo el equipo y de los duelos.

CÓMO CONTRARRESTAR / La gran incógnita es cómo planteará el encuentro José Ramón Sandoval. En el duelo de su debut apostó por una idea más defensiva, con más fuerza atrás y más orden, colocando a Valentín por delante de la defensa y por detrás de una línea de tres conformada por Jovanovic, Edu Ramos y Aguza, ya que colocó a Javi Galán como lateral zurdo. Durante una hora el equipo transmitió seriedad, orden y consistencia, pero la salida del campo de Edu Ramos junto a otros condicionantes provocó la caída del equipo y aquel triunfo en el último minuto del Granada.

En el segundo encuentro, y ante la baja de Valentín, Sandoval apostó por colocar a Galán en su posición natural, incluir a Noblejas como lateral zurdo, sentar a Sergio Aguza (que no tuvo ni un minuto) y dejar a Edu Ramos como mediocentro posicional acompañado por Javi Lara, que debía ser el hombre para llevar la manija del equipo.

La idea no le funcionó. El equipo ofreció peor imagen y sólo esa última media hora, plena de emocionalidad y garra, consiguió dar la vuelta al marcador ante un adversario en inferioridad numérica. Ahora, el de Humanes debe volver a replantearse no sólo el once (obligado), sino el propio planteamiento, ya que Santo Domingo es un campo especial, lleno de segundas jugadas, rechaces y balones divididos. Un campo, en definitiva, poco favorable a los estilismos, a los que suele castigar de manera inmisiricorde, pero que suele premiar el trabajo, el esfuerzo, la pelea por las segundas jugadas y la ocupación de espacios.

Aunque no muchas, el de Humanes tiene opciones para un equipo que, claramente, deberá ganar fuerza por dentro.