El Arcángel era lo más parecido a un manicomio cuando Álvaro Aguado anotaba el tercer gol del Córdoba. Dos montoneras en blanco y verde sobre el césped. La primera, sobre el autor del gol; la segunda, alrededor de José Ramón Sandoval. A uno ya no le quedaban ni fuerzas. Solo le alcanzaba ya la mente para llamar a la memoria. Al hermano que le llevó por primera vez al fútbol, a aquella preferencia con rastrojos y con alguna margarita silvestre cuando solo él en la familia era futbolero y miraba especialmente al Córdoba. Se quedó en casa: «Me voy a poner muy nervioso y prefiero quedarme y verlo por la televisión». El señor de los milagros que es este Córdoba de los últimos cinco meses dejó a las claras, también a Rafa, que era capaz de la hazaña, de dar el último paso para hacer historia, no solo ya en el libro de la entidad blanquiverde, sino en la categoría de plata del fútbol español. La memoria alcanzaba también a esos días, a aquellas semanas de incertidumbre, entre las navidades y finales del mercado invernal de fichajes. El valor -porque hay que echarle valor- que un grupo de personas encabezadas por Jesús León le echaron para tomar las riendas de un jamelgo moribundo con la intención -entonces solo era una intención- de convertirlo en un potro salvaje que debía saltar uno y otro obstáculo. Tantos, que hasta ahora ninguno lo había hecho. El Córdoba, por lo tanto, ha dejado escrita una página no solo preciosa, sino que nunca antes se había escrito en Segunda División.

Jesús León le dijo el pasado 21 de febrero a un amigo que su Córdoba iba a ganar «entre nueve y once partidos hasta el final de Liga». Su Córdoba estaba situado ese día en el puesto 20, con solo 19 puntos y a 13 (más el golaveraje) de la salvación. Podía parecer una locura. Bien, es cierto, era una locura, pero la afirmación del montoreño obligaba a creer. Su Córdoba sumó su décima victoria anoche, en El Arcángel, ante un serio candidato al ascenso a Primera División. Y no fue, como puede suponerse, un triunfo cualquiera, y no solo por haber logrado una salvación histórica. Fue un triunfo de un equipo que aplastó al rival de principio a fin y con un futbolista al mando al que costará darle el reconocimiento que merece. José Antonio Reyes. Hay otros: Sergi Guardiola ha firmado una temporada que permanecerá en la retina, tanto en la suya como en la de los demás. Anotó ayer su gol número 22 en Liga (uno más que Florin Andone) y ha firmado tantos que resultaron fundamentales para el devenir del conjunto blanquiverde. A partir de ahí sería injusto olvidar a los demás: desde los tres centrales, comandados por Aythami, hasta el trabajo impagable de Edu Ramos o Sergio Aguza. Pero en este último trimestre, el genio de Utrera ha demostrado lo que es sentir y hacer sentir el fútbol. Es capaz de las mayores genialidades que se han visto sobre el césped de El Arcángel en muchos años, pero además, de mostrar un compromiso que, como un amigo sevillano me dijo anoche, «no se le ha visto ni en el Sevilla con 19 años».

Y eso, como tantas otras cosas y tantos protagonistas que tiene este Córdoba de los últimos meses, es de agradecer eternamente.

Porque salir como salió el conjunto blanquiverde al césped de su estadio ya obligaba a sujetarse el cinturón de seguridad. Un Córdoba vibrante que antes de los 10 minutos ya estaba por delante en el marcador con un tanto de Guardiola al que sirvió un balón de oro Sergio Aguza. Poco antes, una jugada parecida de Reyes fue abortada finalmente por Mariño. Lejos de conformarse, el conjunto blanquiverde volvió a poner a prueba al portero sportinguista tras un contragolpe llevado por Reyes, mientras que el conjunto asturiano apenas inquietó: una buena ocasión de Isma López, que envió el balón al cielo, fue el único bagaje de los rojiblancos en la primera parte y en casi todo el encuentro.

El Córdoba seguía enchufadísimo y una falta botada por Reyes sería el origen del segundo gol gracias a una conexión ya conocida y que dio réditos en Reus: cabezazo de Aythami para que Álex Quintanilla se adelante a los oponentes en el primer palo y empuje el balón. El Arcángel estalló y ya solo se preocupaba de pitar y presionar al Sporting en cada posesión que tenía y de mirar lo que ocurría en otros campos. Todo iba viento en popa. El último gran prodigio del señor de los milagros se atisbaba en el horizonte, porque nada más ocurrió en el primer acto y en el segundo, el conjunto blanquiverde defendió como no se le había visto en toda la temporada. De hecho, el Córdoba se guardó para esta última jornada el mejor partido de la campaña. Quintanilla salvaba un gol cantado de Isma López y, a continuación, un contragolpe de Aguza y Reyes no finalizaba en el tercer gol blanquiverde por muy poco. Además, el utrerano le dio medio gol a Guardiola (m. 55), pero el jumillano no acertó a embocar con todo a favor. Una parada de Kieszek, la única, fue el canto del cisne asturiano, porque el Córdoba quiso quedarse en Segunda División por todo lo alto. Reyes cabeceaba para que Mariño detuviera en dos tiempos y Fernández se topaba con el larguero (min. 74) en una meteórica subida del lateral cordobés. Y cuando El Arcángel tenía ya una fiesta montada como pocas se recuerdan por El Arenal, Álvaro Aguado remataba su actuación con una galopada en solitario para anotar el tercer gol, sellar la goleada y una salvación histórica.

Si algo sabe el Córdoba es de salvaciones, pero esta en concreto, por todos los antecedentes y lo que se ha vivido, ha convertido a este Córdoba, como club y como equipo, en inolvidable.

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Ficha técnica:

Córdoba CF: Kieszek, Fernández, Valentín, Aythami, Quintanilla, Javi Galán; Edu Ramos, Aguza (Quim Araujo, min. 81), Aguado; Reyes (Alfaro, min. 71); Sergi Guardiola (Eneko Jauregi, min. 87).

Real Sporting de Gijón: Mariño; Lora, Álex Pérez, Barba, Canella (Jony, min. 58), Álex Bergantiños, Pablo Pérez, Álex López, Isma López; Carmona (Castro, min. 70), Michael Santos (Rubén García, min. 765).

Goles: 1-0, min. 10: Sergi Guardiola; 2-0, min. 31: Quintanilla; 3-0, min. 89: Álvaro Aguado.

Árbitro: José Antonio López Toca (colegio cántabro), que amonestó al local Aythami, así como a los visitantes Álex Pérez y Pablo Pérez.

Incidencias: Partido de la última jornada de Segunda División de la temporada 2017-18, disputado en El Arcángel, con terreno de juego en buenas condiciones, ante 20.306 espectadores.