No vale la pena torturarse con lo que pudo ser y no fue. El Córdoba CF contempla desde la distancia cómo cuatro equipos de su grupo aguardan el momento de poder disputar un play off exprés que ya tiene decidido su formato. Falta por concretar la sede. Y, lo más importante, que el Gobierno autorice a través de Sanidad su celebración. Si no es así, el primer clasificado de cada grupo en el momento de la suspension del campeonato -llamarle campeón, obviamente, no es procedente- tendría un billete para disputar la próxima temporada en Segunda División. En condiciones normales dentro de la gigantesca anomalía que está siendo este curso 19-20, el Cartagena estaría a noventa minutos de dar el salto al fútbol profesional. Su victoria por 0-2 en El Arcángel justo unos días antes de que se decretara el estado de alarma por la pandemia del covid-19 puede valer oro.

Pero lo cierto es que una nebulosa planea aún sobre los play offs. Mientras hay clubs que han anunciado que presentarán denuncias -San Fernando y Lleida son los principales abanderados-, la mayoría de no implicados están ya en vacaciones reales y haciendo cuentas sobre cómo abordarán un porvenir de incertidumbre en todos los aspectos: nadie sabe a ciencia cierta dónde va a jugar la temporada que viene. Ni cómo ni para qué. La última reunión de Rubiales con los representantes de Segunda B y Tercera dejó demasiadas preguntas sin respuesta.

Los equipos que tienen plaza en los play offs del fútbol no profesional -Segunda B y Tercera- deberían empezar a entrenar, pero las fases de la desescalada no son las mismas en todos los territorios del país. El Ibiza -que tiene en sus filas al excapitán cordobesista Javi Lara- ya se está ejercitando. El Marbella, con Málaga aún en fase cero, no puede ni entrar en sus instalaciones. Tampoco se sabe nada de los tests: ¿Son obligatorios? ¿Recomendables? ¿Quién los proporciona? ¿Hay algún tipo de control al respecto? La sensación de improvisación y descontrol hace pensar que la disputa de los play offs para decidir los ascensos a Segunda y Segunda B es una posibilidad remota.

La RFEF entregó un protocolo médico donde recomienda unas medidas sanitarias que no son de obligado cumplimiento. El vicepresidente del Logroñés, Juanjo Guerreros, en unas declaraciones reproducidas por el portal Iusport asegura que echa de menos un mayor grado de homogeneidad en los protocolos en la categoría: “Nos hubiera gustado, en favor de la igualdad en la categoría, que los clubs implicados tuvieran la obligación de cumplir un protocolo acorde a la epidemia que estamos sufriendo más allá de un repaso de cómo los futbolistas se pueden poner en forma tras un largo parón”.

El Córdoba CF, inmerso en obras de reconstrucción, está cubriendo los principales puestos técnicos. Juan Sabas seguirá al frente del equipo, con un staff técnico en el que Miguel Valenzuela, Juan Gutiérrez y David Ortega tendrán un papel primordial, junto al promocionado Rafa Sánchez y el experto en cantera Rafa Herrerías. El club tiene la intención de presentar oficialmente su nueva formación de técnicos en los próximos días.

"Han visto más de mil futbolistas", dejó dicho el consejero delegado de Unión Futbolística Cordobesa y brazo ejecutor del grupo Infinity, Javier González Calvo, a propósito del trabajo que se viene realizando entre los muros de El Arcángel para componer un proyecto que bajará de presupuesto -aunque seguramente será de los más altos de la categoría- para armar una plantilla que lleve al club a Segunda siguiendo un laberinto para el que aún no hay brújula.

Desde la próxima temporada, la RFEF prepara una reestructuración de todas las categorías que acabarán con una Liga PRO intermedia entre Segunda y Segunda B para la temporada 21-22 y que tendrá 40 clubs, dividida en 2 grupos (norte y sur) de 20 equipos.

El surgimiento de esta nueva Liga hará que 60 clubs de Segunda B pierdan de hecho una categoría, ya que no podrán acceder a esa competición de nueva creación. El Córdoba será uno de esos cien que comenzarán la carrera, para la que aún no existen ni siquiera reglas.