El Córdoba difumina el escepticismo y suma adeptos. El conjunto blanquiverde se sacude ese pestazo a derrotismo y comienza a oler a esperanza, a ilusión. Llega el aroma desde Alcorcón de que sí, se puede. Y, además, con nombres y hombres llegados en enero, como Aythami y Narváez. No sólo ellos. Quizás la mejor manera para hacer creer a los más ateos la represente, precisamente, José Antonio Reyes. El utrerano, aún sin la forma física necesaria, salió a 20 minutos del final y en con tan sólo dos apariciones aportó al equipo blanquirde justo lo que necesita en un partido de chapapote futbolístico, como suelen ser casi todos los que se juegan en el Santo Domingo.

Forzó la amarilla a Errasti para que el mediocentro alcorconero se lo pensara en la siguiente ocasión en la que fuera desbordado y tres minutos después se creó la falta al borde del área alfarera con la que ponerle a Aythami un centro medido al segundo palo para que el canario transformara el gol del triunfo. Partido, por lo tanto, para ganar en convicción. No sólo entre los seguidores, sino también el propio equipo.

Porque el Córdoba salió mal al Santo Domingo, tal y como se podía prever por la alineación inicial.

El estadio alcorconero es como bajar a la cantera a sacar piedra en bruto y el blanquiverde era un grupo con demasiado artista de la escultura. En sólo tres minutos, el equipo de Julio Velázquez le demostró al de Sandoval cómo son los partidos en el estadio alfarero: excesiva blandura para impedir un centro limpio y raso de Laure terminó con el remate de Asdrúbal ante una defensa sorprendida. De la nada, resultado en contra nada más comenzar el encuentro. Le costó al Córdoba meterse entre tanta segunda jugada, tanto rechazo, tanto balón aéreo... Pero la calidad, la de verdad, la que se transforma en algo efectivo casi siempre, se hizo hueco. Juanjo Narváez recibió un balón en banda, sin ningún peligro aparente. El colombiano se convirtió en una bala. Se metió hacia adentro, se fue de un rival y desde la frontal lanzó un disparo ajustado al palo largo que hizo inútil la estirada de Casto.

La igualada le hizo daño al conjunto local, pero el Córdoba no supo aprovecharlo. Demasiado blando en la medular, el conjunto blanquiverde no lograba recuperar ningún balón limpio para intentar construir algo, que era el objetivo de ese once titular. Así, defensivamente había alguna laguna por dentro y ofensivamente no se aprovechaban los hombres que habían saltado de inicio. Kieszek tuvo que aparecer ante un disparo de Jonathan Pereira, que aprovechó un balón suelto al borde del área cordobesista. Poco antes del descanso, Sergi Guardiola probó a Casto, que se mostró bastante seguro ante el disparo del jumillano.

A pesar de que Santo Domingo no admite variantes y que mandó un claro mensaje desde el inicio, el Córdoba insistió tras el descanso con la misma idea, dando entrada a Álvaro Aguado por Javi Lara. Poco o nada cambió, porque en el primer cuarto de hora tras el intermedio las sensaciones eran parecidas a las del inicio del encuentro.

Jonathan Pereira se encontró con el lateral de la red y Álvaro Peña se topó también con el muro polaco. Aunque las ocasiones eran pocas y no excesivamente claras, el Córdoba no podía estar tranquilo. No sólo por el resultado, sino porque Javi Galán era sometido a una presión constante en la que el Alcorcón obligaba siempre a defender por su banda. Demasiado para el pacense. Velázquez introdujo a Nono por Asdrúbal y Sandoval cedió, por fin, al meter a Vallejo por Alfaro. Un remate dentro del área, cayéndose, de Nono, fue el canto del cisne alfarero. Entró José Antonio Reyes por un exhausto Narváez, por lo que Álvaro Aguado adelantó unos metritos. No le sentaron mal los cambios al Córdoba, precisamente.

El utrerano se fabricó el tanto del triunfo, con remate impecable de Aythami. Y al Córdoba le asaltaron todos los fantasmas del pasado.

Le costó al conjunto blanquiverde parar el partido. Tuvo que ser un susto de Jonathan Pereira, con Javi Galán despejando sobre la línea de gol -tras una nueva parada salvadora de Kieszek-, el que pusiera las pilas a todos. A partir de ahí, el Córdoba se agarró mejor al terreno de juego y casi supo jugar por completo los últimos minutos. De hecho, tuvo la opción para sentenciar tras un contragolpe llevado por Guardiola y Álvaro Aguado, que el joven mediapunta no supo embocar en la meta alfarera.

Con medio millar de aficionados blanquiverdes dejándose la garganta en uno de los fondos del Santo Domingo, el Córdoba volvió a olvidarse de encajar en los últimos minutos, de volver a firmar un trágico final cuando la luz espera, se vislumbra, al final del túnel. Valdés Aller pitó el final del encuentro y los blanquiverdes volvían a ganar lejos de El Arcángel más de seis meses después. Una nueva señal.

El Córdoba continúa dando pasos para cambiar su destino y se otorga el derecho a soñar.

Ficha técnica:

Alcorcón: Casto, Laure, Pablo Vázquez, Esteban Burgos, Bellvís, Sangalli, Errasti, Álvaro Peña, Mateo, Asdrúbal y Jonathan Pereira.

Córdoba: Kieszek, Loureiro, Álex Quintanilla, Aythami, Javi Galán, Edu Ramos, Javi Lara, (Álvaro Aguado, m.46), Jovanovic, Alfaro, (Álex Vallejo, min. 60), Narváez, (Reyes, min. 71) y Sergi Guardiola.

Goles: 1-0 (3') Asdrúbal; 1-1 (18') Narváez; 1-2 (79') Aythami.

Árbitro: Valdés Aller (castellano-leonés), amarillas a Sergi Guardiola (28’), Loureiro (31’), Esteban Burgos (40’), Asdrúbal (48’) y Errasti (76’).

Incidencias: Partido de la vigesimonovena jornada de Segunda División, disputado en el municipal de Santo Domingo, ante 2.842 espectadores, medio millar, cordobesistas.