«Claro que sigue el entrenador, ¿cómo no va a seguir?», dijo Luis Oliver a los pocos minutos de sellarse la salvación del Córdoba, el pasado sábado. Sin embargo, tanto él como el presidente temían desde hacía semanas las pretensiones del de Humanes una vez lograda la permanencia. A Sandoval ya le pasó algo parecido en Granada, cuando salvó al conjunto nazarí en los últimos cuatro partidos de Liga y Quique Pina esperó casi dos semanas antes de oficilizar su continuidad. Por lo tanto, la situación no es nueva para el todavía entrenador blanquiverde.

En el entorno de Sandoval se sabe que el club ha llegado a hablar con Francisco, no en vano, Jesús León siempre ha comentado fuera de micrófono que el almeriense es su amigo y que le gustaría que entrenara al Córdoba en algún momento. ¿Es este el momento? Todo indica que no. Francisco rescindió ayer con el Lugo, con el que tenía una cláusula de desvinculación de 400.000 euros y al que le unía un contrato de otra temporada, la próxima. En los días previos al Rayo-Lugo de la jornada 41 de Liga, el hasta ayer entrenador rojiblanco se reunió en Madrid con representantes del Grupo Hope, la empresa china que controla el Granada. Desde entonces, tanto en Lugo como en Granada, se da por hecho que Francisco recalará en el club nazarí con un proyecto a largo plazo, un contrato de tres años y con un amplio respaldo financiero. Eso sí, hay que recordar que Jiang Lizhang, dueño del Granada, ha tenido hasta ahora, en solo dos temporadas, dos directores generales, tres directores deportivos y seis entrenadores.

A Juanma López, representante de José Manuel Sandoval, le consta que algún miembro de la cúpula blanquiverde ha contactado, hace menos de diez días, con Francisco. Del resultado de la reunión poco se sabe, aunque teniendo en cuenta que el almeriense tiene ese acuerdo de larga duración cerrado con el Granada y que el Córdoba maneja alguna que otra opción más se hace difícil apostar por el joven entrenador para la próxima campaña. Pero en fútbol todo puede pasar, sobre todo cuando Luis Oliver está de por medio.

El navarro ya ha demostrado que mira a su pasado y que en este también hay relevos. Y no pocos. Mira a ese pasado con Aythami, con el Betis, con el Extremadura (aunque este tiene mucho presente también) y también con Pepe Mel. Por cierto, que Mel también ha dicho en su círculo cercano que el banquillo del Granada, la próxima temporada, es de Francisco, por lo que su propia opción ha ganado peso.

En cualquier caso, todos los movimientos de la entidad blanquiverde vienen producidos más por la precaución que por la decisión en firme. Se teme que Sandoval -que insiste, como su representante, en que aún no ha hablado con el club, hasta anoche- se suba a la parra, que pida más de lo debido y no solo en lo económico. También en la duración de contrato. Y desde El Arcángel se abona el terreno para que el de Humanes se siente a la mesa de negociación con prudencia y lejos de las burbujas de la histórica remontada que finalizó en salvación. Además, aunque dentro de una buena relación en general, ha sido notorio que Oliver, sin olvidar los méritos del técnico blanquiverde, desearía tener al lado a un entrenador con el que tenga mayor sintonía o, al menos, que sea más permeable a sugerencias del entorno. Significativos han sido los roces, siempre lógicos y sin llegar a nada serio, que ha tenido con algún peso pesado de la plantilla en estos meses. Incluso se pudo contemplar en algún partido, sobre todo fuera de casa.

Todos los movimientos de los dirigentes del club, iniciados hace ya semanas con comentarios sotto voce sobre la idoneidad o no de la continuidad de Sandoval en caso de salvación, han ido encaminados a que no se diera por hecha la renovación del técnico blanquiverde, al que la afición ha demostrado su cariño a cada golpe de victoria hasta la salvación final, por lo que no pocos seguidores y abonados verían incongruente la no continuidad de Sandoval. De ahí que, en contraposición, propongan nombres con cierto calado. Francisco es un técnico joven, con valía demostrada con plantillas con poca capacidad y Pepe Mel es el nombre recurrente del que siempre tira Oliver cuando de ocupar algún puesto se trata: volver a llamar a quien le funcionó. Pero al Córdoba le queda un pequeño detalle: sentarse, al menos, con José Ramón Sandoval, al que aún no le ha escuchado decir ni «buenas tardes» desde la madrugada del domingo. El entorno del técnico asegura que tiene ofertas, pero que su primera opción es el Córdoba. Al menos, así lo afirma Juanma López a todo el que le quiere escuchar. Y que si no se llega a un acuerdo pues es legítimo que cada uno busque su horizonte en otro lado. También, que cada uno explique a los suyos el motivo de la falta de acuerdo, obviamente.

En cualquier caso, si Sandoval no es el elegido su sucesor se encontrará con una carga añadida: ganar desde el minuto uno para que los dirigentes no escuchen desde la primera semana aquello de «anda y que te coma (José) Ramón».