La expedición blanquiverde regresa esta tarde a Córdoba comandada por Luis Miguel Carrión después de 10 intensos días de trabajo en Benahavís. En el balance inicial, que se tendrá que ampliar posteriormente, muchos de los deberes planteados por el técnico blanquiverde a su llegada al hotel de concentración se han ido cumpliendo prácticamente todas. Otra cosa han sido las imposibles de sacar adelante, debido a las lesiones de Jaime Romero y Álex Vallejo y el trabajo intermitente o de baja intensidad de Josema, así como el ya previsto de Pawel Kieszek. Y también diferente será la respuesta del equipo en la propia competición liguera. Pero en cuanto al trabajo de pretemporada, los jugadores blanquiverdes han respondido en la línea en la que se podía esperar, tanto en el día a día como en los partidos amistosos contra el Almería y el Sanluqueño.

Ahora los deberes pendientes corresponden a la propia entidad blanquiverde. Hace más de un mes sorprendió en una estudiada acción de márketing en la que anunció siete incorporaciones de golpe.

Desde entonces, las pocas noticias que ha generado el club, en el aspecto deportivo, se han centrado en las salidas que, si bien suelen ser negativas, este verano fueron especialmente tristes para la afición o crearon controversia.

El primer nombre propio en este apartado fue Deivid, al que se marchó (o «le marcharon») en una decisión, al menos, extraña, ya que no sólo era uno de los hombres fuertes del vestuario, sino un jugador muy cercano a la propiedad y a la presidencia. El segundo fue Domingo Cisma, al que se quiso rescindir desde un principio y se buscó -de cara a la afición- una excusa tan peregrina como ínfima en una supuesta indisciplina que, al fin y al cabo, acarreaba una multa de 2.000 euros. De fondo, el deseo de despedir a un jugador con una lesión de larga duración, lo cual no transmite muy buena imagen. Y el tercero, Luso Delgado. El capitán y hombre importante en el ascenso del 2014 se marchó al Huesca de la misma manera en la que trabajó durante cuatro temporadas como blanquiverde. Sin hacer ruido, sin huecos golpes de pecho y haciendo alarde hasta el último momento de una profesionalidad no siempre lo suficientemente reconocida.

Después de otras muchas salidas con menos peso y más que justificadas como las de Antoñito entre las primeras y Bijimineentre las segundas, los últimos que han tenido que bajarse del autobús son los hombres del filial que, en principio, estaban señalados por el propio club para jugar en el primer equipo en esta temporada. Sin contar a Ortega -al que nombró en su momento Carrión-, Marc Vito ha terminado en el Extremadura, mientras que Quiles llegó a Benahavís pero no pudo completar la concentración de pretemporada. El delantero fue presentado el miércoles como nuevo jugador del UCAM Murcia.

Más de un mes después, por lo tanto, continúan pendientes otros deberes. Por ejemplo, los de cerrar las tres líneas del equipo, siempre y cuando la entidad blanquiverde no continúe con la «moda» de los dos últimos años, en los que en uno de ellos llegó a partir con tan sólo cinco defensas específicos para la zaga.

También tendrá que buscar acompañante a Sergi Guardiola y a Jona en la delantera, así como, al menos, un extremo derecho puro, algo que el propio Carrión demandó hace no demasiado tiempo.