Existe una última opción para que el partido no se dispute, y estriba en que los jugadores del Reus, aún decidiendo hoy que aceptan jugar el partido, no se presenten en el terreno de juego del Camp Nou municipal de la localidad reusense. El propietario, Joan Oliver, puso como fecha precisamente el sábado para lograr la liquidez necesaria para pagar los sueldos atrasados de jugadores y empleados. Medios catalanes estiman en unos 800.000 euros la cifra de las nóminas impagadas, sin contar los sueldos mensuales aquí al 30 de junio del próximo año 2019.

Si finalmente Oliver no reuniese el dinero y los avales suficiente para garantizar el pago, los jugadores podrían no presentarse. El Código Disciplinario de la RFEF estima, en su artículo 77, que en este caso «se computará el encuentro por perdido al infractor -el Reus-, descontándole, además, tres puntos». El resultado, si ello sucede, sería de 0-3 a favor del Córdoba.