El Ramón de Carranza ha dejado de ser la «fortaleza inexpugnable», como los medios locales la definieron, y en las últimas jornadas el Cádiz solo ha podido amarrar tres puntos (en otros tantos empates) de doce en juego en su estadio.

Cierto es que algunos rivales fueron de entidad, como el Levante, que llegó además al Carranza con la opción de subir de forma matemática en caso de victoria (acabaron empatando 1-1), y otros, como el último visitante, el Nàstic, se jugaban la vida para evitar el descenso.

Pero la realidad es que el Cádiz no está sabiendo cerrar los partidos en su estadio, y precisamente por ello, el Córdoba visita a los amarillos en el mejor momento posible para rascar algo allí.

Sabedores de lo vital que es el partido del próximo sábado (a las 21:00 horas en el Carranza), la directiva del Cádiz ha sacado una promoción de entradas a 10 euros para contrarrestar la del Córdoba, que ayer anunció que los cuatro autobuses gratuitos que fletó para socios cordobesistas están ya llenos.

Su máximo goleador, Ortuño, trató ayer de espolear a su afición, al asegurar que «en el Carranza nos da igual quién venga», y que buscarán con ahínco la victoria.