Posiblemente, esta semana o como mucho la próxima será la del arranque de la campaña de abonos. Lógicamente, todo está a expensas de poder cerrar algún fichaje que justifique una subida de carnets que, en alguna zona puede rondar y superar el 50% del precio que se ha pagado en la última temporada. La inflación, ya se sabe.

De nada sirve recordar que Córdoba es una de las ciudades con menor renta per cápita del país, ni que la fuerza de la ciudad y provincia reside en la cantidad, en el clásico «es mejor vender a 10 euros a 5.000 personas que encontrar a 500 que quieran o puedan pagar 100».

Cuando aún faltaban dos o tres jornadas para la finalización de la pasada Liga, es decir, cuando aún no se había salvado el equipo matemáticamente y la corbata ahogaba más de la cuenta, alguna voz del club reconocía que se daban con un canto en los dientes si la masa social se quedaba en 10.000 abonados en la temporada 2017/18. El absentismo de la segunda vuelta, el adiós definitivo a la oportunidad de la Primera División, la imagen externa del club y la olscuridad de los números parecen no convencer nada a esa masa, necesaria para ir creciendo, si no se quiere estar en «los 8.000 de siempre».

No serán los únicos adioses los de esos varios miles de aficionados. En el club también se preparan algunas despedidas. Desde el último paseo por Suiza, Antonio Romero Campanero no parece tener clara su continuidad. Tampoco José Antonio Romero, que después de pasar por casi todos los puestos (incluido el de entrenador en Primera, de manera más que sorprendente) parece tener un pie y medio fuera del club. Otro al que parecen haber ya dicho que no continúa es David Sanz, que terminó esta temporada entrenando al juvenil de División de Honor, ya que los ayudantes de Álex Gómez parecen traer a alguien de la mano.

Lo que sí se puede asegurar es que, más allá de lo que se intente pregonar desde el club, los números, al final, siempre salen. Como los del césped de El Arcángel: el coste más barato que se buscó, se encontró. 120.000 euros en 12 pagarés. Del presupuesto para la próxima temporada ya se hicieron cálculos aquí: difícilmente se llegará a los 13 millones. Más cerca de los 12, aunque dependerá de la respuesta de la afición. En todo caso y emulando ese cantinfleo numérico del club, si los ingresos de la próxima temporada son de 12,5 millones y el límite salarial deportivo es el mismo de esta temporada (4,9 millones), el porcentaje de lo dedicado al fútbol subiría del 25,13% a casi el 40%. Porque bajan los ingresos. Y si, por ejemplo, esos 4,9 millones se aumentan en un 10%, ese límite se iría hasta los 5,4 millones, que supondrían casi el 45% de los ingresos totales del club. Así, se podría decir que subiendo un 50% los abonos, se sube sólo el 10% el límite salarial deportivo y se defendería que casi el 50% de lo ingresado se dedica al fútbol. ¡Qué tiempos aquellos que los ingresos eran de 16,7 o de más de 18 millones! ¿Se imaginan? Hubiera supuesto un límite salarial de entre ocho y nueve millones. Y sin necesidad de can-tinflear con los números o regatear sin éxito con ellos.