La realidad se llevó por delante la segunda era de José Ramón Sandoval en el Córdoba CF después de que el Cádiz asaltara El Arcángel en el tiempo de descuento con dos goles que cerraban una goleada y provocaban la destitución del ya exentrenador blanquiverde. Como paradoja -quizás no tanta- hay que reseñar que, si hace dos semanas una goleada con dos tantos en el descuento salvó la cabeza del de Humanes, otra, pero a la inversa, supuso su adiós.

Pero así han sido estos tres meses y medio en los que Sandoval ha estado en el banquillo blanquiverde. Instalado en la emocionalidad constantemente, el respaldo de no pocos a la figura del madrileño se ha dejado notar, apelando continuamente a los sentimientos, a la épica, a lo intangible, al corazón como elementos fundamentales para el éxito deportivo. Un discurso que cala en la grada (o en algunas gradas) pero que no llega a la tabla clasificatoria, que requiere de muchos más argumentos. Además, en el espejo se reflejaba continuamente una figura numérica, una realidad tozuda que poco tenía que ver con la emocionalidad y sí con la supervivencia, con el fútbol, ése del que tan poco se ha hablado últimamente. Siete derrotas en 14 jornadas, 30 goles encajados, dos victorias y 11 puntos sumados en el primer tercio de Liga. Por si fuera poco, también en el partido ante el Cádiz, se vieron los males que ha sufrido este equipo, al que nunca se ha visto al cien por cien de sus posibilidades y que al hándicap de no ir sobrado de nada, precisamente, se le ha añadido el de los cambios constantes.

Ante los gaditanos, para colmo, tuvo este Córdoba de Sandoval los dos primeros contratiempos en forma de lesiones en el primer cuarto de hora. Tres, si se tiene en cuenta la de Fernández, que no pudo siquiera entrar en la convocatoria. Podría adivinarse, visto lo visto, que durante la semana, iniciada con aquel consejo de administración que decidió su continuidad, se prolongó con una vuelta de tuerca en las sesiones, viendo el negro panorama.

Jaime Romero y Jovanovic dejaron su sitio a Quezada y a Piovaccari, con lo que la capacidad de maniobra del técnico blanquiverde se vio notablemente resentida. Tuvo, sin embargo, una pequeña ventaja: esa banda izquierda formada por Javi Galán y Quezada que ya se apuntaba desde hacía semanas pero que Sandoval nunca vio hasta ayer.

En cualquier caso, quizás por el juego del Cádiz, en el que no arriesga ni medio balón de mediocampo hacia su portería, o el del Córdoba, que no pisa área como mal endémico durante toda la temporada, la primera parte fue un auténtico tostón, salvo por un cabezazo de De las Cuevas (min. 9) que se fue al palo de Cifuentes y que pudo cambiar el signo del encuentro.

No fue así y ese primer acto transcurrió en medio del aburrimiento, sin nada que ocurriera en las áreas y casi sin que hubiera aproximaciones dignas de mención. El Córdoba nunca ha sido un rey de las áreas y el Cádiz, directamente, pasó del tema.

Pero nada más salir de vestuarios, un balón perdido en defensa habilitó a Manu Vallejo para fusilar a Carlos Abad desde dentro del área. Podía pensarse que el Cádiz había logrado lo que buscaba, lo que busca siempre, pero De las Cuevas se rebeló y, un minuto después, desde fuera del área, lanzó un derechazo que se coló en la meta de Cifuentes. Pudo creer alguno que se volvería al estatus de la primera parte, el de no agresión, pero el Córdoba se montó en su unicornio de cada domingo en El Arcángel. Javi Galán y Quezada lanzaron centros y protagonizaron incursiones que no encontraban remate alguno pero provocaban el reconocimiento de la grada. También algún disparo lejano que no llegó entre los tres palos de Cifuentes, pero la sensación era que el Córdoba buscaba lo que hace siempre: generar el desorden, el ida y vuelta y pescar en río revuelto. En esta ocasión, el Cádiz no se contagió como sí le ocurrió a algún visitante anterior. Mantuvo su orden marmóreo hasta el punto de que Álvaro Cervera quitó a Lekic para meter a Álex Fernández. Así estuvo el Cádiz algo más de un cuarto de hora mientras que al Córdoba, sea por lo pesado del campo, sea por el agotamiento mental, sea por el agotamiento físico o, simplemente, porque no siempre se rompe la piñata, ya no le quedaba esa media marcha más para el desorden que ha puesto en el pasado. De hecho, hasta Sandoval lo intentó quitando a un centrocampista, Javi Lara, para meter a un delantero, Erik Expósito, que no tenía minutos en Liga desde el pasado septiembre. El balón al palo, de nuevo, de De las Cuevas, fue el canto del cisne de este Córdoba de Sandoval.

Los locales se hicieron previsibles por esa banda izquierda, renunciaron a una parte de su capacidad con el balón en los pies y dejaron a dos islas arriba -Piovaccari y el canario- casi sin balones por los que pelear. Posiblemente había que aplicar aquello de que lo que no puedes ganar no lo pierdas, pero también flotaba en el ambiente que el puesto del entrenador pendía de un hilo y, posiblemente, ni un punto le hubiera salvado.

A partir de ahí, el Cádiz creció. El último cuarto de hora tuvo más balón y al filo del final dio el golpe definitivo con otro de los males de este equipo: la estrategia defensiva a balón parado. Mauro remató un saque de esquina sin oposición y ahí se derrumbó el conjunto blanquiverde como un armario viejo. El tercer gol, dos minutos después, tan solo certificó y dio la puntilla a una etapa blanquiverde a la que hay que reponerse. Quedan dos tercios de Liga aún.

Córdoba - Cádiz (1-3)

Córdoba: Carlos Abad; Loureiro, Aythami, Álex Quintanilla, Javi Galán; Álex Vallejo, Javi Lara (Erik Expósito, m.77), Aguado, De las Cuevas, Jaime Romero (Luismi Quezada, m.07); y Jovanovic (Jaime Romero, m.12).

Cádiz: Cifuentes; Rober Correa, Marcos Mauro, Sergio Sánchez, Brian Oliván; Garrido, José Mari; Salvi (Ager Aketxe, m.78), Manu Vallejo (Carrillo, m.74), Jairo; y Lekic (Álex Fernández, m.57).

Goles: 0-1, M.50: Manu Vallejo. 1-1, M.51: Miguel De las Cuevas. 1-2, M.89: Marcos Mauro. 1-3, M.91: Aketxe.

Árbitro: David Pérez Pallas (Comité Gallego). Amonestó con tarjeta amarilla al visitante Marcos Mauro.

Incidencias: Partido correspondiente a la decimocuarta jornada de LaLiga 1/2/3, disputado en el estadio El Arcángel ante 13.727 espectadores.