A pesar del resultado y sobre todo de la manera en la que se produjo, el estreno de Rafa Navarro como entrenador del primer equipo blanquiverde fue bueno, en líneas generales. Algunos números, a desarrollar durante la semana, indican que en el once titular la mayoría respondió de una manera notable -en algún caso, sobresaliente- a los deseos del técnico. Algún otro en ese once titular necesita mejorar bastante o dar paso a algún compañero.

Pero el problema para el de Ciudad Jardín es que los tres hombres que saltaron desde el banquillo no mantuvieron el nivel. A duras penas, quizás, Federico Piovaccari, pero ni por esas le dio para el aprobado. Por avanzar algún dato, sobre todo en el aspecto defensivo -en el que más hincapié hizo el nuevo técnico- se puede apuntar que entre los titulares, Miguel de las Cuevas fue el que ofreció peores datos a bastante distancia del resto. El alicantino solo ganó dos de los 15 duelos que protagonizó, para un pírrico 13,3% de éxito. Un chaval nada acostumbrado a ese trabajo como Andrés Martín ganó cuatro de los 16 que protagonizó, por lo que su porcentaje de éxito fue casi el doble que el de De las Cuevas. Luis Muñoz (nueve de 13) o Yann Bodiger (12 de 23) fueron los destacados en esa parcela. Pero los hombres del banquillo apenas aparecieron. Aguado solo disputó un duelo y lo perdió, mientras que Manzambi solo ganó uno de nueve. Piovaccari, por su parte, ganó cuatro de siete.

En casi un cuarto de hora, Álvaro Aguado solo dio un pase y perdió un duelo defensivo

Además, Álvaro Aguado solo dio un pase en los 14 minutos en los que estuvo en el campo, un guarismo que deja a las claras la poca trascendencia que tuvo tanto él como sus otros dos compañeros en el relevo y la oportunidad ofrecida por Rafa Navarro. Está claro que el nuevo técnico debe mejorar al equipo.