No es casualidad que el Córdoba CF haya tenido como uno de sus grandes nombres del verano a un central y, además, de la casa. Sin olvidar la llegada de Manu Farrando, el fichaje de Bernardo Cruz tiene como objetivo el de buscarle un acompañante jerárquico y con contundencia a Djetei, que ya la pasada temporada mostró sus cualidades, por lo que había que mejorar la pareja del camerunés, algo nada fácil cuando el nombre que se marchaba era Fidel Escobar. Pero el club, a priori, ha mejorado el puesto con otros imponderables. Además del nivel deportivo del canterano, su regreso supone un plus de identidad y de ascendencia en el vestuario blanquiverde. Pero ese liderazgo tendrá que verse también en lo puramente deportivo, en el verde, porque si bien los números del Córdoba CF, la pasada temporada, no fueron malos, no se puede decir que fueran brillantes. Defensivamente, el conjunto blanquiverde encajó 27 goles en 28 encuentros disputados, menos de un gol por encuentro de media. Puestos en perspectiva esos 27 goles, los cuatro equipos que jugaron playoff de ascenso en la 18-19, en la jornada 28 encajaban 17 goles (Cartagena), 20 goles (Recreativo), 24 (Melilla) y 25 tantos (Badajoz). Sin ir más lejos, el Cartagena de la 19-20 había encajado 19 goles cuando se suspendió la Liga en la jornada 28.

Además, ese Córdoba se encontraba con dos paradojas: una, que nunca llegó a transmitir solidez defensiva, y dos, que esas cifras eran excesivas por la escasa capacidad goleadora del equipo.

El objetivo para la 20-21 no será otro que el de recuperar consistencia defensiva o que al menos esta esté en consonancia con la capacidad goleadora que tenga el equipo. Porque el Córdoba CF solo ha encajado menos de un gol de media en solo tres campañas de las últimas 21 disputadas. Salvo en esas tres ocasiones, durante el siglo XXI el conjunto blanquiverde siempre encajó más de un gol por encuentro de media y, en no pocas temporadas, con cifras dramáticas. Aparte de la 19-20 mencionada, el Córdoba CF encajó 0,97 goles por encuentro en la temporada en la que se ascendió a Primera División. De hecho, fue una tendencia en la última parte de la campaña, con Albert Ferrer en el banquillo. La Liga regular se finalizó con una media de 1,02 goles por encuentro, pero las semifinales ante el Murcia y la final ante Las Palmas redujo la media hasta el 0,97. Aparte del año del ascenso y la temporada anterior, la otra campaña en la que el conjunto blanquiverde se quedó por debajo de un gol por encuentro fue la 2002/03, con entrenadores de marcado perfil defensivo: Castro Santos, Ortuondo y Zambrano.

El récord negativo en media de goles encajados se alcanzó en la temporada del descenso, la 18-19, con 1,88 goles por encuentro, más incluso que en la nefasta temporada en Primera, en la que se recibieron 1,78 goles en cada duelo, siendo la temporada 17-18, la tercera peor en este registro: 1,54 goles por partido.

Después de varias temporadas empeorando registros hasta caer a Segunda B, el Córdoba CF logró al menos detener esa curva descendente tan peligrosa. Desde la 15-16 y hasta el descenso las medias de goles encajados fueron 1,23, 1,23 (16-17), 1,54 (17-18) y 1,88 (18-19). Ahora, una vez frenada la tendencia, Bernardo Cruz debe liderar los números de una defensa que ha de marcar unos números defensivos hoy por hoy olvidados en El Arcángel.