Ganar dos partidos en Segunda no es fácil y si éstos son en casa resulta más complicado aún. Esa frase, más o menos, la han repetido todos los entrenadores en la categoría de plata y especialmente los del Córdoba. Porque ellos saben bien de lo complicado que le resulta a los blanquiverdes sumar en El Arcángel de tres en tres. No en vano, hace dos semanas se rompió una racha de cinco meses sin un triunfo ante la parroquia cordobesista. Pero ésta es una tendencia que, tristemente, arrancó hace años.

De hecho, el último entrenador que ha logrado ganar dos partidos consecutivos en El Arcángel es cordobés, precisamente. En la temporada 2012/13 y con Rafa Berges en el banquillo, el Córdoba se impuso por la mímima al Numancia (1-0) y goleó en la siguiente jornada al Murcia (5-0), por lo que es el único pleno en más de cuatro años obtenido por los blanquiverdes en El Arcángel cuando les ha tocado comparecer de manera consecutiva.

En la siguiente temporada, con Pablo Villa destituido y relevado por Albert Ferrer, tampoco el Córdoba pudo sumar los seis puntos, ya que cayó por 0-1 ante Las Palmas y empató en la siguiente ante el Lugo para sumar sólo un punto de seis posibles. También en aquella campaña se terminó en casa empatando a cero ante el Mallorca y de nuevo, en la ida del play-off ante el Murcia, se firmó un empate sin goles.

La temporada 2014/15, en Primera División, no iba a ser distinta, lógicamente, por lo que sumó un solo punto de los seis en juego en El Arcángel ante el Málaga y la Real Sociedad.

Ni siquiera en la temporada pasada, con Oltra en el banquillo y habiendo firmado la mejor primera vuelta en Segunda de toda su historia, se rompió el maleficio, ya que se perdió primero ante el Mirandés y se ganó al Mallorca, mientras que en la última jornada se empató a uno con el Almería y se ganó en el primer duelo de play-off ante el Girona por 2-1. Más de cuatro años sin hacer pleno en un maleficio que ha de empezar a romperse el próximo sábado, ante el Zaragoza y volver a recuperar parte de lo que antaño fue un reino inexpugnable.