Ni siquiera una fecha como la del 22 de junio del 2014, con el Córdoba CF regresando a Primera División más de cuatro décadas después, ha logrado borrar el recuerdo. De hecho, no pocos aficionados siguen tildando lo ocurrido la noche del 30 de junio de 1999 como la noche «del Ascenso», así, con mayúsculas.

Hacer un repaso por los recuerdos de algunos de sus protagonistas, desgranados a lo largo de los últimos 20 años, ayuda quizás a entender, sobre todo a los más jóvenes no solo cómo ocurrió, sino lo que significó aquella victoria por 1-2 en el Cartagonova, ante un rival que partía como favorito y sembrando el silencio y la frustración ante más de 15.000 personas. De hecho, unos días después de aquella tragedia para los blanquinegros, el club seguía regalando botellas de cava con la inscripción de la fecha del partido y celebrando, en la etiqueta, el ascenso del Cartagena.

Varios de los protagonistas de aquella noche recordaron el silencio que se produjo con el segundo gol. "Se escuchaba a los jugadores hablar y, al final, solo el pitido y nuestros gritos". / A.J. GONZÁLEZ

Todo estaba preparado, incluso el autobús para recorrer las calles de la ciudad departamental, pero un Córdoba CF que peleaba incluso contra su destino marcó una de esas páginas épicas que han provocado que aún se cuenten por miles sus seguidores.

Los blanquiverdes disputaban su quinta fase de ascenso, lo que significaba que ya habían sufrido cuatro tragedias, porque en el Córdoba CF los éxitos se miden en éxtasis y los fracasos en kilos de barro. Los dos últimos partidos de la liguilla decidirían la plaza final para la división de plata y el Cartagena partía con ventaja: solo le bastaba un punto. Cayó en El Arcángel reservando jugadores para el último encuentro y allí, cuando nadie se lo esperaba, el Córdoba CF volvió a cambiar su sino. De hecho, los blanquiverdes se toparon con el palo hasta en cinco ocasiones en esos dos encuentros.

"Me dieron latazos en la espalda desde la grada, y allí había seguridad que no hizo nada", recordó Escalante. / A.J. GONZÁLEZ

Juanito comparaba aquello, en estas mismas páginas, «con el año que jugamos el pla-yoff en Elche, que estábamos celebrando el ascenso a falta de dos partidos con el Deportivo B, que nadie daba un duro por él, y nos pegaron una paliza para verlo. Fue al revés». Lo corroboraba Rafa Fernández: «Eso fue lo que les pasó a ellos, que con el empate les valía. Me acuerdo cuando estábamos en el vestuario escuchaba en megafonía: ‘quedan cincuenta minutos para ser de Segunda’».

"No había ni un duro, estuvimos encerrados, teníamos preparados los colchones, era inaguantable, pero la ciudad estaba con el equipo. Yo no ascendí al Córdoba CF, ascendí con el Córdoba CF". / A.J. GONZÁLEZ

Pepe Escalante rememoraba «el grandísimo silencio que se hizo en el campo tras el pitido final, cuando desde nuestra llegada todo habían sido voces, un mal recibimiento, no nos habían dado entradas... Y toda esa algarabía se transformó en un grandísimo silencio, hasta el punto de que yo creía que los 17.000 se habían ido de un soplo; solo se oían nuestras voces de alegría». De hecho, el entrenador del milagro comentó en más de una ocasión que, a la finalización del encuentro, intentó en varias ocasiones encontrar a Aranguren, técnico blanquinegro, sin éxito.

Una década después de la gesta, Juanito se quedaba con una imagen: «A mí me pone el vello de punta la foto que sale el día después del once con la elástica verde, siempre lo he dicho, eran unas caras de concentración», mientras que Rafa Navarro reconocía que «después del partido en El Arcángel sí que pensé que podíamos ganarles allí».

Espejo, Escalante, Juanito, Rafa Navarro y Rafa Fernández, en el décimo aniversario de un hito que, "junto al ascenso de Primera en Huelva, fue el máximo en la historia del Córdoba CF", declararon en el 2009. / SÁNCHEZ MORENO

Dieciséis años después, con uno de ellos incluso en Tercera División, el Córdoba CF regresaba a la Segunda División, justo seis meses antes del cambio de siglo. Pero la entidad seguía casi como siempre. «No había ni un duro, estuvimos encerrados, teníamos preparados los colchones, era inaguantable, pero la ciudad estaba con el equipo. Yo no ascendí al Córdoba, yo ascendí con el Córdoba CF», declaró en su día un Pepe Escalante que fue el segundo técnico en una campaña finalizada con un ascenso mítico e inolvidable.