El fútbol está parado a causa del coronavirus. El Córdoba CF y el resto de equipos no juegan ni entrenan. Pero los campos continúan manteniéndose. En el caso del césped de El Arcángel y de la Ciudad Deportiva, las labores continúan, aunque con las lógicas precauciones. En el caso del coliseo ribereño se cumple hoy, precisamente, un mes desde la última vez que abriera sus puertas al público, en el partido que los blanquiverdes perdieron ante el Cartagena (0-2) y que significó la destitución de Raúl Agné. Su relevo, Juan Sabas, apenas pudo visitar en un par de ocasiones la Ciudad Deportiva.

Tanto en el estadio municipal como en las instalaciones del Camino de Carbonell, las labores de mantenimiento se circunscriben a un solo operario en cada una de ellas, según fuentes de Royalverd. No se cruzan con nadie, no trabajan junto a nadie, sino que todo lo que hay que realizar en el piso lo realiza un solo trabajador. Además, en el caso de El Arcángel, principalmente, se procedió hace semanas a labores de desinfección, que abarcaron tanto al aparcamiento subterráneo del fondo norte como al que se sitúa en la zona de preferencia. También se desinfectó, con lejía diluida en agua, toda la zona de acceso desde el aparcamiento de fondo norte hasta el mismo borde del césped. En la Ciudad Deportiva, las labores de desinfección se centraron en la reducida zona construida en la misma, incluyendo el pavimento existente junto al campo grande, lugar habitual de entrenamiento del primer equipo blanquiverde. La zona interior de tribuna, así como los espacios en la zona baja del fondo sur no se tocaron, ya que allí, por ahora, el acceso está vedado a todo el mundo.

En lo que respecta al césped en sí, tanto en El Arcángel como en la Ciudad Deportiva los trabajos se están centrando en el escarificado, eliminación de hierba y corte, mientras que en las próximas semanas se tendrá que estar atento a las regulares infecciones que pueden amenazar en estas épocas los campos. Por ahora, la imagen que presentan los campos es perfecta, algo que tendrá que mantenerse durante las próximas semanas, en previsión de que la competición y los entrenamientos regresen, lo que provocará una carga de trabajo inusual para los mismos: partidos y entrenamientos en un espacio corto de tiempo o con un ritmo poco habitual.

En el caso del manto verde de El Arcángel, que se encuentra actualmente con una mezcla de dos variedades, también tendría dificultades para la migración total a la variedad bermuda, la que suele ocupar la mayor parte de la superficie en los meses de verano, de más calor. Esta temporada puede resultar un reto enorme, ya que la migración total necesita de varias semanas, entre siete y nueve, para completarla. La excepcionalidad que se está viviendo con el parón liguero por la pandemia de coronavirus convertirá dicha migración en un problema, sobre todo teniendo en cuenta que ni siquiera se sabe cuándo arrancaría la siguiente campaña en caso de que se opte por disputar lo que resta de la actual, una opción esta que cada vez toma mayor cuerpo de realidad.

Trabajos en la pradera del campo 1 de la Ciudad Deportiva, el pasado lunes.

Evidentemente, los trabajos se han adaptado a las circunstancias. Además de reducir el abonado de los campos (sobre todo en lo que a regularidad se refiere), al césped de El Arcángel se le ha aplicado también un regulador de crecimiento. El objetivo es que la hoja crezca un 75% menos de lo que lo hace habitualmente, por lo que también la siega se realiza con menos asiduidad de la habitual. Esta reducción se nota principalmente en el campo 1 de la Ciudad Deportiva, que en la actualidad se siega un par de veces por semana, las mismas que el césped de El Arcángel, cuando habitualmente se hace tres y cuatro ocasiones.

Así, los campos del Córdoba CF también se mantienen en su propia hibernación o confinamiento, con labores mínimas para que cuando el fútbol vuelva estén en perfectas condiciones y prestos a aguantar la oleada de trabajo que se avecina cuando la competición regrese.