-La victoria ante el Extremadura se vivió con mucha pasión en la grada y en el césped.

-Sí, ya desde la temporada pasada veníamos viviendo cada partido como una locura. Es cierto que nos salía bien, pero conllevaba muchos riesgos. Ante el Extremadura ya no teníamos mucho que perder entre comillas, con uno menos y perdiendo, teníamos que ir con todo. Ahora lo ves como un partidazo, pero jugar de esa manera tiene riesgos. Estamos contentos, nos hacía falta ganar, nos lo merecíamos después de varias semanas en las que lo estábamos haciendo bien.

-Se ha notado un cambio en las sensaciones que transmite el Córdoba desde hace varios partidos.

-Sí, al final consiste en encajar piezas, que es tarea del míster, y ver lo que mejor funciona. Ahora está yendo mejor la cosa, estamos teniendo una continuidad en los que estamos jugando y está saliendo bien la cosa, para qué nos vamos a engañar. Tenemos que seguir en la misma dinámica, seguir ganando para alejarnos de los puestos de abajo, que quieras que no influye a la hora de afrontar los partidos. Y tener una temporada de otra manera.

-Tal vez ante el Extremadura hubo muchos partidos dentro del mismo encuentro, ¿no?

-El Extremadura es un equipo duro, aguerrido y batallador. En la primera media hora dominamos, íbamos por delante en el marcador y ellos apenas nos generaron nada. El propio empate vino con una expulsión que nos condicionó el resto del partido, y pasamos de dominar al rival a ponernos por debajo. Nuestro segundo gol llegó a poco tiempo del final y los otros dos, en el añadido. Son muchas situaciones en las que tienes que decidir bien, y por esos detalles se marcan las victorias.

-Para la afición fue algo más que una victoria. ¿También para el vestuario?

-Sí, date cuenta que veníamos de Gijón, donde hicimos un partido bastante bueno y tuvimos una ocasión, ya al final, para poder ganar. Llegamos mucho y no ganamos, nos fuimos con una situación extraña. Después toca el Extremadura, empiezas ganando, te empatan, te expulsan a un jugador y te remontan. Al final cuando ganas te ves más cerca de salir del descenso. En El Arcángel hay emoción hasta el minuto 90 y el aficionado lo agradece. A mí no me gusta tanto, personalmente, porque no soy muy partidario de que los partidos sean unas locuras. Pero mientras acaben bien, que sean como sean.

-¿Cómo estaba Piovaccari cuando acabó el partido?

-Pío ya le conocéis, es un tío pasional dentro del campo, va con todo y al final eso repercute a la hora de dar sensación de agresividad. No es nuevo en esto, sabe que se equivocó en cierta manera, pero pidió perdón y eso es lo primero, la intención es lo que cuenta. Por suerte pudimos ganar, y los errores de ese tipo se minimizan con una victoria.

-Ahora llega el Mallorca. ¿Para usted es un partido especial?

-Por supuesto que es especial. Pasé mucho tiempo en el Mallorca, como bien digo es donde me formé, porque del Alavés salí con 18 años. En el Mallorca fui creciendo, aunque no fueron las cosas como me hubiesen gustado. Volver allí siempre es especial.

-¿Guarda amistad con algunos de los actuales jugadores del Mallorca?

-Allí se quedó gente como Lago, Abdon, Raíllo, y tengo buena relación con ellos. Cuando les vea les saludaré.

-¿También coincidió con Alfaro en el Mallorca?

-Sí, cuando subí al primer equipo de la mano de José Luis Oltra Alfaro estaba allí. Cuando vine al Córdoba al primer jugador que llamé fue a Alfaro. Conozco a mucha gente del Mallorca porque al final pasé seis años allí.

-¿Alfaro es uno de los jugadores más importantes del vestuario del Córdoba?

Sin duda, al final Alfaro es un referente para todos. Alguien que sabe llevar bien los momentos en los que juega más y los que juega menos. Es alguien que ha hecho mucho en el fútbol y no tiene nada que demostrar a nadie, tiene mucho carisma en el vestuario.

-Lo que pasó en verano ya parece muy lejano, pero ¿os afectó todo aquello en las primeras jornadas?

-No se trata de justificar, porque eso suena a buscar excusas cuando haces las cosas mal. Pero es verdad que la situación del Córdoba en verano fue de revuelo constante, cuando no salía una cosa era otra. Problemas con el límite salarial, jugadores que parecían que iban a salir para que otros llegasen, y todo eso desconcierta a los futbolistas. Y más cuando en el tramo final de la temporada pasada fue un poco locura. Ahora todo está más asentado, se están haciendo las cosas bien y falta que sigan llegando las victorias. Hay que tomar las cosas con tranquilidad, esto es muy largo y hay tiempo para todo.

-¿Cree que Sandoval ha encontrado ya un esquema y un once base?

-Al final es cuadrar las piezas, como te dije antes, tras probar muchos sistemas y a casi todos los jugadores. Ahora parece que tenemos una continuidad que meses atrás no teníamos. Todo era por beneficio del equipo. Todos queremos vernos fuera del descenso, es difícil mirar la clasificación cada semana y verte abajo.

-A nivel personal, está asentado en el once y aporta mucho equilibrio al centro del campo.

-Yo tengo claro lo que tengo que hacer, no intento hacer ni más ni menos. Al final, mi trabajo es oscuro, a la sombra, que muchas veces no se recompensa, pero yo me encuentro muy a gusto. La confianza del que manda hace que todo se lleve mejor, ahora mismo me encuentro muy bien.

-¿Se siente como el escudero de Lara y Aguado? ¿Cómo ve cada partido desde su posición en el campo?

-Trato de comunicarme mucho con ellos y de hacer de enlace entre la línea defensiva y la de tres cuartos de campo. Les hablo mucho, les indico donde tienen que cerrar, que estén pendientes del que tienen a su espalda. Ando a las coberturas, no es muy vistoso pero es una posición que me gusta. Al final, para que no nos lleguen muchos, tenemos que estar juntos, que haya orden y que entre todos tapemos las zonas por donde pueden llegar las jugadas de peligro del rival. El fútbol es un deporte de equipo, si cada uno hace lo que quiere no iríamos a ningún lado. Si todo el mundo está comprometido, las cosas salen.

-¿Esta temporada puede ser la de la consagración en Segunda de Álex Vallejo?

-Empecé en Segunda muy joven, con 20 años. Luego pasé por muchas lesiones que me condicionaron un poco. En el último tramo antes de venir al Córdoba jugué bastante. En mi primer año aquí las cosas no se dieron para haber jugado tanto como habría querido. Y ahora mismo es una etapa en la que tengo continuidad y debo aprovecharlo, seguir mejorando y aportar para que el equipo tire para arriba.

-¿Se plantea continuar en el Córdoba si se consigue la permanencia?

-Obviamente nunca te puedes cerrar puertas. Acabo contrato esta temporada, no fue fácil para mí estar el primer año, porque no jugué todo lo que me habría gustado. Pero tanto mi pareja como yo estamos contentos en Córdoba. Creo que no es momento de hablar de renovaciones, tenemos cosas más importantes que hacer, lo más importante es salvar al club. Nos vienen partidos difíciles ante Mallorca y Cádiz, y va a ser jodido.

-Dos equipos que, en teoría, sí son de ‘vuestra Liga’.

-Nueve de los 12 equipos contra los que hemos jugado están arriba en la tabla, y eso se nota. Hay que ser realistas y consecuentes, hay equipos que están a otro nivel ya no solo por calidad o presupuesto, sino por el estado de forma del momento en el que jugamos contra ellos. Por ejemplo el Zaragoza, a priori, tenía un equipo hecho para estar arriba pero no le están saliendo las cosas. Nosotros tenemos que hacernos fuertes en casa y rascar fuera lo máximo posible. Pero sobre todo ir poco a poco, no andar con prisas.

-Que de El Arcángel no se escapen muchos puntos.

-Al final cuando estás en casa te sientes fuertes. Nosotros, más que cualquier equipo, tenemos que aprovechar la ventaja de jugar en un buen campo, con una buena afición que está con nosotros cuando notan que el equipo tira. Y tenemos que aprovechar eso.

-¿Firma el 0-1 ante el Mallorca en el minuto 90?

-Hombre, venir con tres puntos es lo que queremos. Con tres puntos seguramente acabemos la jornada fuera del descenso.

-¿Y 0-1 con gol de Vallejo?

(Risas). Hombre, por supuesto.