Ocho partidos, tres victorias ante equipos de Tercera y cinco empates, incluidos dos ante conjuntos de Segunda División A. Ha sido el balance veraniego del Córdoba en lo que a resultados se refiere. Y en esos guarismos deja claro ya Enrique Martín su impronta: portería a cero, algo por otra parte olvidado desde hace años a orillas de El Arcángel, por lo que la afición ha acogido bien la idea después de tantos años sufriendo defensivamente y quedando como uno de los equipos más goleados de la categoría de plata del fútbol español. El concepto de construir al equipo desde atrás ha agradado y el navarro lo ha logrado a pesar de utilizar nada menos que a 32 futbolistas en los ocho encuentros disputados. El verano, además, ha servido para que Sebas Moyano se reafirme como jugador de la plantilla. El de Villanueva del Duque ha aprovechado la opción que le daba el problema institucional y económico existente y se ha erigido, junto a Crespo (del filial) en el máximo goleador de la pretemporada, con tres goles, dos de ellos anotados en el último encuentro, el pasado domingo, en Linares.

El serio trabajo en el sistema defensivo, en los movimientos sin balón de todo el equipo y esos cinco goles encajados en ocho encuentros dejan también una puerta abierta a los siguientes trabajos pendientes de este Córdoba. 12 goles anotados en esos ocho encuentros es una buena cifra, pero menos si se tiene en cuenta que cinco (casi la mitad) llegaron en un solo partido. La creación en mediocampo y el juego de ataque deben crecer aún. Y para ello, además de trabajo, Martín necesita los tres jugadores aún pendientes.