La educación musical tiene una incidencia muy positiva sobre la formación general del ser humano, que ha sido contrastada por especialistas en Pedagogía, Ciencias, Música y Medicina. Muchos pedagogos y neuropsicólogos de reconocido prestigio internacional, como Suzuki o Gardner, sostienen que el niño que desarrolla su capacidad auditiva capta mejor los mensajes en la escuela, aprende con más facilidad y llegará a dominar su idioma antes que los niños no educados musicalmente. La música ha demostrado que el aprendizaje durante la infancia de una disciplina artística mejora el aprendizaje de la lectura y de lenguas extranjeras. El arte permite una comunicación universal en la que todos expresan emociones y sentimientos. La música estructura la forma de pensar y trabajar, ayudando a la persona en el aprendizaje de las matemáticas, el lenguaje y las habilidades especiales. Por todo ello, en el conservatorio proporcionan una educación musical de calidad que permita a los alumnos que lo deseen poder continuar los estudios de Grado Profesional de Música; contribuir a la formación de los alumnos a través del cultivo de la sensibilidad musical, desarrollando capacidades psíquicas, emotivas, físicas, etc.; aprovechar la capacidad de la formación musical, contribuyendo así al desarrollo de aspectos como la creatividad, imaginación, espontaneidad, y crear un medio de expresar emociones y sentimientos. Ofrece la posibilidad de participar en actividades colectivas como audiciones, conciertos de alumnos, conciertos escolares, etc.