El villafranqueño monseñor Francisco Jesús Orozco Mengíbar tomó posesión el pasado 22 de diciembre como obispo de la diócesis de Guadix -la más antigua de España- en una celebración que duró casi cuatro horas y que contó con la presencia del nuncio apostólico en España, Renzo Fratini, cuatro cardenales, cinco arzobispos, catorce obispos, dos cabildos, más de un centenar de sacerdotes y varios diáconos. A la celebración, que tuvo lugar en la catedral accitana, se sumaron más de mil cordobeses llegados de diversos puntos de la diócesis, sobre todo de su pueblo natal, Villafranca, de donde partieron a primera hora de la mañana cuatro autobuses para acompañarle en este momento histórico, al que también acudieron sus padres, su hermana, cuñado y sobrinos.

El nuncio apostólico en España, monseñor Renzo Fratini, dirigió unas palabras al comienzo de la celebración para transmitir al nuevo obispo sus deseos de un fértil servicio a la diócesis de Guadix y subrayó que «la esperanza crece si el obispo le ayuda con su cercanía». El nuevo obispo, que sustituye a Ginés Beltrán, ahora en Getafe, recordó en su intervención al papa Francisco cuando se dirigió a sus diocesanos por primera vez y compartió con ellos su voluntad de seguir la invitación del Papa cuando aconseja vivir el ministerio episcopal «como pastores cercanos a la gente, padres y hermanos que sean amables, pacientes y misericordiosos, que amen la pobreza, no tengan psicología de príncipes y sean pastores con olor a oveja».

En su alocución citó también al Papa emérito Benedicto XVI e hizo suyas las palabras por las que el pontífice aseguró que «me consuela que el Señor sepa trabajar con instrumentos insuficientes» y que se entrega a las oraciones de los feligreses. Posteriormente, pidió las oraciones del pueblo de Guadix para esta nueva tarea episcopal.

Tras el agradecimiento al nuncio de Su Santidad en España, al que pidió que hiciera llegar al Papa su afecto filial y su gratitud, saludó a los cardenales, arzobispos y obispos y les agradeció la acogida fraterna que le han dispensado desde que se conociera su nombramiento el pasado 30 de octubre. De manera especial quiso transmitir su gratitud a quienes «han sido mis obispos consagrantes que acompañaron mi sacerdocio en Córdoba: Francisco Javier Martínez, Juan José Asenjo y Demetrio Fernandez».

A sus padres, familiares y paisanos de Villafranca les dedicó palabras de agradecimiento «por la presencia numerosa aquí esta mañana, vuestras oraciones y tanta alegría cristiana como en estos meses habéis expresado porque el Señor ha llamado a un villafranqueño para ser obispo».

Entre los asistentes también se encontraban la alcaldesa de Guadix, Inmaculada Olea, y el de Villafranca, Francisco Palomares, quienes se felicitaron por tal acontecimiento e inmortalizaron el momento con una foto con el obispo.