Con 46 años, el montoreño Antonio Marcelo García Pino ha sido nombrado director de Área de Negocio de CaixaBank en Córdoba. Está casado y tiene dos hijos. Su misión es gestionar las 27 oficinas de la capital cordobesa, en las que trabajan unas 150 personas y manejan un volumen de negocio de más de 2.000 millones de euros. Esta zona se enmarca dentro de la dirección territorial de Andalucía Occidental, con 29 direcciones de área de negocio, entre las cuales Córdoba es la segunda en importancia, tras el centro de Los Remedios de Sevilla. Detrás de gestionar una oficina con cuatro personas hasta llegar a este cargo, Antonio Marcelo ha gestionado áreas territoriales y direcciones de área de negocio, gracias a su trabajo y esfuerzo, ganándose el liderazgo entre sus compañeros.

-¿Qué supone este nuevo cargo en su carrera profesional?

-Sobre todo una vuelta a mi tierra. En Montoro abrimos la primera oficina en 1998, donde estuve hasta septiembre del 2011, cuando me llamó el director general de Córdoba-Málaga para asumir el cargo de especialista de Empresas en Córdoba, donde estuve hasta enero del 2013. Posteriormente se abrió la territorial de Andalucía Oriental en Málaga donde fui director del Control de Gestión. De ahí me llamaron para ser DAN (Director de Área de Negocio) en la sierra de Cádiz, de julio del 2013 hasta enero del 2015, y luego asumí la dirección del Área de Negocio de Osuna-Estepa hasta que he vuelto a Córdoba. Se ha hecho un buen trabajo.

-¿Cuál es su política de trabajo?

-El alma de CaixaBank es destinar a nivel global 500 millones de euros a la sociedad. Gran parte de los beneficios van destinados a obra social, lo que nos diferencia del resto. En Córdoba somos una de las entidades de referencia tras la compra de Barclays y Cajasol, entre 2012 y 2015, y fue en tiempos de crisis. Una entidad como la nuestra, en vez de estar pendiente de que nos compren, lo que hace es crecer. Barclays nos ha dado un salto de cuota y de calidad de cliente alta, del agro, así como de profesionales liberales importantes, y Cajasol nos dio muchísima cuota de mercado. Por ello, CaixaBank tiene en Córdoba una presencia importante y un negocio de banca privada relevante. Nuestra idea es dar un salto más en la búsqueda del liderazgo.

-¿En qué sectores está CaixaBank más implicada en Córdoba?

-Sobre todo en la agricultura, donde tenemos una marca propia como AgroBank. El volumen agrario es muy importante en Córdoba y a nivel de entidad solemos destacar dentro de CaixaBank. Por otro lado tenemos muy segmentados a los clientes porque tenemos una oferta diferenciada a cada uno de ellos, ya que las necesidades son diferentes. Tenemos en banca privada unos gestores especialistas para clientes con un patrimonio superior a 600.000 euros. Además tenemos el departamento de empresas para firmas que facturan más de 6 millones de euros y tenemos dos oficinas concentradoras de pymes, tanto en La Torrecilla como en Las Quemadas. También disponemos de gestores especializados tanto en banca Premium como de Negocio que dan muchos servicios. En una época en la que muchas entidades han cerrado oficinas y en obra social no han hecho absolutamente nada, CaixaBank pretende que siga la integración financiera y no cerrar ninguna oficina para darle servicio a todo el mundo, y durante esta época hemos seguido manteniendo la dotación de Obra Social. Que desde 2007 a 2016 hayamos destinado 500 millones de euros anuales a obra social es algo que no ha hecho todo el mundo.

-¿Cómo le han acogido los compañeros?

-Ha sido espectacular, porque me he encontrado a muchísimos de los que comenzamos en 1998, por lo que volver a trabajar con ellos supone una gran satisfacción. Soy uno más entre todos. Mi misión es hacerles el trabajo lo más fácil posible. Es decir, darles los medios y las palancas suficientes para que hagan mejor su trabajo. Mi objetivo es que las oficinas estén bien diseñadas, que tengan su estrategia, que no les falte de nada, etcétera.

-¿Qué denota este nivel de penetración de CaixaBank en Córdoba?

-Por ejemplo que, a través de la oficina de Ronda de los Tejares, se ha gestionado que el primer TPV de acceso a la Mezquita-Catedral sea de CaixaBank. Por tanto, que esté nuestra imagen en la línea de entrada de acceso al edificio más emblemático de la ciudad es un salto importante. Estamos calando cada vez más en la sociedad cordobesa.

-¿Qué nuevos proyectos tiene?

-En estamos momentos estamos trabajando en un proyecto ilusionante, que es la apertura de la Oficina A, que será muy emblemática. Será en Gran Capitán y mezcla el servicio digital con el tradicional. Será una oficina con muchos espacios abiertos donde no hay empleados en mesa sino que ellos quedan con los clientes y cuando llegan los atienden con una tablet. La oficina es diáfana y tendrá espacios para estar como si se estuviera en un café. Habrá muchos medios audiovisuales y muchas formas de llegar. Se trata de 1.100 metros cuadrados que ocuparán la planta baja del Edificio Gran Capitán, 23. Será un signo de identidad de CaixaBank. Es un modelo de gestión especializada que integra la tecnología en la atención al público.

-¿Qué le ha aportado su pueblo?

-Todo. Montoro me demostró en su día su cariño al volcarse conmigo. Gracias a él he ido trabajando con humildad y dedicación, tratando en todo momento de ser un embajador de este gran pueblo cordobés, que me lo ha dado todo.