No cabe duda de que entre los sectores más directamente afectados por el cambio climático se encuentra el agroalimentario, un sector que desde hace tiempo es muy consciente del problema y viene desarrollando iniciativas para mitigar los efectos de esta problemática. En un primer momento estas actuaciones -también más o menos obligadas por la Política Agrícola Común (PAC)- se centraron en la propia actividad productiva de los campos, con usos agrícolas o ganaderos, pero hace ya tiempo que se están extendiendo a las fases de transformación, comercialización y distribución; de la mano no solo de los agricultores y ganaderos, sino también de otras estructuras mayores como industrias y cooperativas.

Así, en el caso de Córdoba, cooperativas como La Unión de Montilla, dedicada a la producción de vinos y aceite de oliva, y que aglutina a 1.760 socios con más de 2.500 hectáreas de olivar y 1.500 hectáreas de viñedo, viene siendo ejemplo de iniciativas de este tipo.

Recién finalizada la vendimia del 2020 esta misma semana, con un 20% menos de cosecha respecto al año anterior, esta cooperativa acaba de elaborar en torno a unos 8,5 millones de kilos de uvas, y prepara ahora las instalaciones de su almazara ya que en poco tiempo empezará la campaña de la aceituna 2020-2021, en unas instalaciones que vienen modernizándose desde la campaña anterior, donde parte de esta actualización ha estado enfocada a la eficiencia energética y al tratamiento de datos de trazabilidad y consumos energéticos.

Entre estas actuaciones, el proyecto denominado Iluminación eficiente en industria agroalimentaria, consistente en sustitución de luminarias, que acaba de recibir una subvención de 10.000 euros por parte de la Agencia Provincial de la Energía, dependiente de la Diputación Provincial de Córdoba, dentro de la convocatoria de ayudas para proyectos de ahorro, eficiencia energética y reducción de emisiones de CO2 en el sector empresarial cordobés 2020.

La Cooperativa Agrícola La Unión de Montilla, que el pasado año celebraba su 40 aniversario, tiene dos instalaciones en este municipio cordobés, una en la calle Río de la Hoz, donde se elabora el aceite y el vino, y otras instalaciones en la avenida de Italia, donde desarrolla la crianza de vinos, el envasado, y tiene una tienda y las oficinas. El citado proyecto se desarrolla en estas últimas instalaciones, donde se van a cambiar todas las luminarias en zona de crianza, exteriores, envasado, almacenaje, oficinas, laboratorio y tienda, por otras mas eficientes en ahorro energético.

No obstante, el objetivo no solo es el ahorro energético, ya que como explica el director gerente de esta cooperativa, Francisco Fernández, el proyecto también responde a «nuestro compromiso con el medio ambiente. Nuestra actividad es 100% agraria, dependemos de la climatología para asegurar nuestras cosechas y su calidad, y cada vez más estamos notando los efectos del cambio climático».

No en vano, en la pasada cosecha de aceitunas esta cooperativa elaboró en torno a 2.300 toneladas de aceite, «en una cosecha muy mermada por las condiciones climáticas», como recuerda Francisco Fernández.

Actualmente la cooperativa está ejecutando este cambio de luminarias cuya inversión ronda los 27.500 euros, el 36% aportados por la Diputación, aunque para su ejecución total y asegurar el buen funcionamiento la inversión ha sido algo mayor.

Además de este proyecto hace unos años desde la Cooperativa La Unión de Montilla también invirtieron para mejorar la eficiencia energética de sus instalaciones de Río de la Hoz, y actualmente están estudiando y valorando distintas posibilidades para lograr el autoconsumo energético en sus instalaciones.

De igual manera, el director gerente señala que colaboran con otras entidades para la transformación en energía eléctrica de los residuos orgánicos que se generan en la elaboración de sus productos, vinos y aceite de oliva.

Todo ello con el fin, entre otros, de seguir reduciendo las emisiones de CO2 a la atmósfera desde la cooperativa, aunque aún no disponen de datos concretos de a qué cantidad de reducción podría equivaler las iniciativas realizadas hasta la fecha.

En definitiva, una respuesta más desde el sector agroalimentario cordobés para contribuir a la lucha contra el cambio climático no solo a pie de campo, sino a nivel de toda la industria e infraestructura necesaria que hay detrás.