El largo periodo de sequía que viene atravesando la provincia (y la comunidad autónoma) ha generado en Córdoba, y especialmente en el Valle de Los Pedroches, una caída de la rentabilidad de las explotaciones de vacuno de leche de alrededor del 20%, según ha señalado a este periódico Juan Francisco Sánchez, veterinario y presidente de la Afrido, Asociación Frisona de Dos Torres.

El motivo de esta caída de la rentabilidad radica en primer lugar en el precio que los ganaderos reciben por el litro de leche, que ronda los 33 céntimos, lo que supone un margen demasiado exiguo para subsistir, puesto que según los últimos datos de la Consejería de Agricultura, el coste de producción de un litro de leche se sitúa en torno a los 32 céntimos de media (aunque este dato depende de las dimensiones de la explotación y de la producción media por animal). Ese margen hace insostenible a las pequeñas explotaciones, porque sus costes de producción son más elevados. Especialmente este último año, cuando como consecuencia de la sequía los ganaderos han tenido que dedicar mayores gastos a las materias primas para alimentar los animales.

En concreto, el agua ha sido un problema grave ya que los vaqueros han tenido que hacer instalaciones de depósitos o traer agua en cisternas para sus animales. Además, la carencia de hierba en el campo de la que se alimenta otra parte del ganado vacuno ha incrementado también los precios del pienso para el ganado estabulado. Esta rentabilidad, explica Sánchez, es distinta según el volumen de la explotación, porque en vaquerías con mayor cantidad de cabezas de ganado el coste de producción se abarata considerablemente. Además, señala que lo que está salvando muchas explotaciones son los ingresos que se reciben por otros conceptos que no son la leche, como es la venta de carne (terneros y vacas) y el cobro de la ayuda directa de la PAC. Alrededor de un 40% de las explotaciones, señala el presidente de Afrido, «resisten por estos otros ingresos y no por la venta de la leche».

Estas circunstancias están haciendo que se sigan cerrando explotaciones, sobre todo pequeñas, porque ante la falta de expectativas económicas se une la falta de relevo generacional que dé continuidad a la actividad.

Por poner un ejemplo, señala Juan Francisco Sánchez el caso de la localidad de Dos Torres, un municipio con fuerte tradición vaquera, donde en el último mes se han cerrado dos explotaciones ganaderas, por los motivos antes citados.