Una pregunta simple: ¿estamos en un momento de urgencia histórica? Sí es así, es evidente que el gradualismo y el carácter reactivo -ir detrás de los hechos- de la estrategia económica española ante la pandemia son dos lastres extraordinarios. Por supuesto, si la respuesta es no, no hay nada más que decir.

Ocurre, sin embargo, que España es el país importante de la UE -somos la cuarta potencia- que menos PIB ha movilizado para hacer frente a la situación. Es decir, el impacto de las medidas que ha puesto en marcha el Gobierno apenas llega al 8,4 por ciento de nuestra economía.

Sin embargo, Alemania, ha movilizado medidas por valor del 23,6; Italia, del 20,6; Reino Unido (incluyamos), el 16,6; Francia, el 14,3 y hasta Polonia -que juega en otra liga- el 9,3 por ciento.

Los datos provienen de un estudio de Mapfre Economics, al que no vamos a poner en duda (ironía máxima), y vienen a corroborar que estamos lejos de hacer todo lo necesario.

Recordaba Tom Burns al duque de Wellington y su apunte de que en España sufrimos de de impractability -ausencia de sentido práctico-» a la hora de la eficiencia pública y el sentido común. Cuan larga la memoria histórica y cuanta razón llevaba entonces y ahora.