Planificar la compra es una de las claves para luchar contra el desperdicio de comida, un asunto especialmente preocupante durante las navidades, cuando uno de cada tres alimentos acaba en la basura, según datos de la Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO). En el informe The state of food and agriculture 2019, la FAO señala que los hogares son los causantes de un 42% del desperdicio de alimentos. Según otro estudio reciente, en este caso del Ministerio español de Agricultura, el desperdicio en España creció un 8,9% en el 2018.

«En Navidad se calcula que el gasto de los hogares españoles se eleva hasta un 20% respecto a un mes normal, y la partida de alimentación es la que más crece, llegando en ocasiones a triplicarse», explica Oriol Reull, director en España de Too Good To Go, una aplicación para comprar de forma más económica en los comercios la comida excedente y en buenas condiciones, informa Efe.

Ese mayor gasto en alimentos deriva en un mayor volumen de desperdicios, subraya Reull, quien lamenta que estas fiestas sirvan «como excusa» para tirar comida, cuando deberían aprovecharse para «concienciarnos» aún más y consumir de manera más responsable. Una postura que comparte la secretaria general de Facua Madrid, Ángeles Caballero, que censura que no exista una «pauta» entre los consumidores y los comercios para dejar de desperdiciar, y cree que es una cuestión que «debería estar regulada», como ocurre en Francia.

Este país se convirtió en el año 2016 en el primero del mundo en prohibir a los supermercados tirar o destruir alimentos que no llegan a vender, y en obligar por ley a donarlos a organizaciones benéficas y bancos de alimentos. «Es una ley bastante modélica», sostiene Caballero.

Las consecuencias sociales del desperdicio de comida son las más visibles, ya que en España más de dos millones de personas, muchos de ellos menores, se alimentan en comedores sociales, según datos del Ministerio de Agricultura. También hay consecuencias medioambientales, como el desperdicio de agua que se utiliza para la producción de alimentos, unos 130 litros de agua por persona y día, es decir, una bañera grande llena de agua diariamente, según un informe de 2018 de la Politécnica de Madrid sobre hábitos de consumo. «Una hamburguesa que se desperdicia equivale a unas 16 bañeras llenas de agua», apuntan desde la aplicación Too Good To Go.

Los datos económicos también indican que no es rentable desperdiciar comida, ya que según la FAO, tiramos a la basura 250 euros de alimentos al año por persona, es decir, unos 1.000 euros anuales en un hogar en el que vivan cuatro personas.

Para la secretaria general de la asociación de consumidores Facua Madrid «hay muchos ejemplos» de medidas para no desperdiciar comida, como poner a la venta la que sobra en los supermercados o la que está «próxima a caducar con un precio rebajado», pero Caballero hace hincapié en el «impulso por parte de las autoridades públicas».

También propone organizar la nevera y la despensa para saber qué productos se tienen que consumir a tiempo, usar recetas para así no equivocarse en la elaboración y no tirar comida, o ajustar las raciones.