Los efectos del cambio climático, que inciden cada vez más en las rutinas de la ciudadanía y en la sostenibilidad del planeta, se derivan, básicamente, de un desequilibrio en el ciclo del carbono. Es, por eso, por lo que gran parte de la comunidad investigadora ha puesto el punto de mira sobre el poder secuestrador de carbono de las masas forestales que absorben el carbono presente en la atmósfera y lo incorporan, mediante la fotosíntesis, a su estructura o lo fijan, a través de sus raíces, al suelo, convirtiéndose así en sumideros de carbono.

Una gestión sostenible de los bosques aumentaría, por tanto, su papel mitigador del cambio climático. En esta línea, el profesor del Departamento de Ingeniería Forestal de la Universidad de Córdoba (UCO) Rafael María Navarro Cerrillo, junto con el grupo de investigación ‘Evaluación y restauración de sistemas agrícolas y forestales’ de la Universidad de Córdoba, está estudiando el efecto que la selvicultura de las repoblaciones forestales tiene en la capacidad de secuestro de carbono.

En concreto, y dentro del proyecto europeo Life Forest CO2, este grupo de investigación se centra en las repoblaciones de pino carrasco y de pino negral en la zona oriental de Andalucía y en Murcia, con el objetivo de conocer qué tipo de estrategias selvícolas optimizan la capacidad de secuestro global de CO2 en estos sistemas forestales. Este proyecto arrancó en enero del año 2016, para un periodo de cuatro años, aunque recientemente sus participantes han obtenido una prórroga hasta junio de este año 2021. Coordinado por la Comunidad Autónoma de Murcia, en este proyecto participan, además de la UCO, la cooperativa de gestión forestal con sede en Madrid Agresta, el Centro de Servicios y Promoción Forestal de Castilla y León (Cesefor), el Centre National de la Propriété Forestiére francés (CNPF), Ingeniería del Entorno Natural (Iden) y la Consejería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia.

En este tipo de estudios se analiza la biomasa retenida tanto en la parte aérea (copa y tronco) como en las raíces del arbolado. Sin embargo, en este caso, desde la UCO se incorpora también el monitoreo de la capacidad de secuestro de carbono en el suelo. De esta manera, se obtiene un escenario global de toda la captación posible de carbono por parte del sistema forestal.