En la lucha contra el cambio climático una de las cuestiones que actualmente están sobre la mesa en el marco europeo es la necesidad de reducir el consumo de energía final en los edificios. Más del 80% de los existentes en España son ineficientes energéticamente, y más de la mitad del parque de viviendas tiene más de 40 años, según los expertos. En este marco, y entre las iniciativas puestas en marcha desde las administraciones públicas, la Junta de Andalucía publicaba la pasada semana en el BOJA la convocatoria andaluza del Programa de incentivos a la Rehabilitación Energética de Edificios (PREE), regulado por el Real Decreto 737/2020, de 4 de agosto, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, por el que se regula el programa de este tipo de ayudas y la concesión directa de estos incentivos a las comunidades autónomas.

Este PREE andaluz ha sido convocado por la Agencia Andaluza de la Energía, y el plazo para presentar las solicitudes de ayudas comenzará el 17 de febrero del 2021, mediante un procedimiento 100% telemático y en régimen de concurrencia no competitiva.

Dotado con 49,3 millones de euros de presupuesto para toda Andalucía, y cofinanciado con el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) en el marco del Programa Operativo Plurirregional de España 2014-2020 (POPE) cuando el tipo de actuaciones así lo permita, el Programa se dirige a ciudadanos, comunidades de propietarios, empresas y entidades públicas, entre otros.

La Agencia Andaluza de la Energía, considerando la tipología edificatoria y las características climáticas de la región en relación con otras zonas de España, ha incluido el poder realizar intervenciones sobre una parte del edificio, y no sólo rehabilitaciones integrales.

Este programa incluye 3 tipos de actuaciones para aumentar la eficiencia energética del sector de la edificación andaluz, que representa en torno al 20% del consumo de energía final: mejora de la envolvente térmica para reducir la demanda energética en calefacción y climatización de los edificios existentes; mejora de la eficiencia energética y de renovables en las instalaciones térmicas de calefacción, climatización, ventilación y agua caliente sanitaria; y mejora de las instalaciones de iluminación para hacerlas también más eficientes.

Estas actuaciones se podrán realizar en viviendas unifamiliares, edificios residenciales de viviendas colectivas y en otros de uso administrativo, docente, sanitario, etc.; con un incentivo base del 35 % de la inversión a realizar si se actúa sobre el edificio completo, o de un 25 % si se hace sobre una o varias viviendas o locales del mismo edificio, teniendo un límite máximo de 6.000 euros por vivienda en el caso de los usos residenciales. En el caso específico de la iluminación, la ayuda será del 15%. Estos porcentajes se podrán incrementar con incentivos adicionales que pueden alcanzar hasta el 85% de la inversión total.

Entre otras, se incentivarán soluciones constructivas de arquitectura bioclimática, como muros trombe -muro orientado al sol construido con materiales que pueden acumular calor bajo el efecto de masa térmica, tales como piedra, hormigón, adobe o agua, combinado con un espacio de aire, una lámina de vidrio y ventilaciones formando un colector solar térmico-, invernaderos adosados, sistemas de sombreamiento o ventilación natural; junto a sustitución de energía convencional por energía solar térmica, geotermia o biomasa. Por su parte, la tercera línea incentivará sistemas de encendido y regulación del nivel de iluminación, como el control por presencia o control automático de persianas.

En todo caso, la intervención deberá conseguir una reducción del consumo de energía final de más de un 10 % con respecto a la situación de partida, y mejorar, al menos, una letra la calificación energética global del inmueble, pudiéndose optar por una actuación o la combinación de varias.

En definitiva, incentivos públicos que no solo buscan la reducción del consumo de energía e impulsar una nueva actividad económica «que permita modernizar e incrementar la competitividad del sector de la construcción andaluz», en palabras del delegado del Gobierno de la Junta en Córdoba, Antonio Repullo, que presentó este miércoles este programa; sino también la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero con la consiguiente mejora de la salud de las personas y de la calidad del aire de las áreas urbanas de Córdoba.