Aunque el reciclaje de escombros, o producción de áridos reciclados, lleva ya años implantado en España, muchos ciudadanos desconocen que los materiales que se depositan en las cubas para recoger escombros de obra que a veces se ven en las calles se convierten, tras un proceso de valorización, en materia prima para nuevas obras y construcciones.

Este proceso se lleva a cabo por empresas autorizadas para la denominada actividad de valorización de residuos de construcción y demolición (RCD), que tras su recogida y procesamiento, fabrican los citados áridos reciclados, que tienen diversas utilidades como la fabricación de hormigón, de bases y subbases en viales, para rellenos de zanjas, arcenes y nivelaciones, muros, pistas forestales y caminos rurales, así como para otras construcciones, tanto públicas como privadas.

De esta manera los escombros tienen una segunda vida, dentro de un sector empresarial que cada vez está apostando por técnicas y tecnologías que permitan un mayor aprovechamiento de los RCD, convirtiéndose así en referente de la denominada nueva economía circular, con la que hacer frente mejor al cambio climático.

Ejemplo de ello es la firma Gestora Cordobesa de Residuos (Gecorsa), que, frente al 30% de media del volumen total de escombros que vienen siendo reciclados en España, está consiguiendo revalorizar en torno al 80% - 90% de los residuos de construcción que gestiona en su planta de tratamiento situada en Córdoba capital, en la carretera de Granada (N-432), cerca de la planta de tratamiento de residuos urbanos de la empresa municipal Sadeco, a unos 7 kilómetros de la ciudad.

Así lo explica Pedro de Toro, gerente de esta empresa cordobesa que en el 2010 comenzó con el tratamiento de RCD y que, dentro de su apuesta por la economía circular, también acaba de poner en marcha, a finales del pasado año, una nueva línea de valorización de residuos eléctricos y electrónicos (conocidos como RAEE), tras una primera inversión de unos 200.000 euros. Inicialmente, con los RAEE realiza trabajos de clasificación y almacenamiento para su posterior entrega a otros gestores finales.

El gerente de Gecorsa resalta la importancia de la producción y el uso de áridos reciclados para la sostenibilidad y como claro ejemplo de la nueva economía circular, «ya que estos áridos se incorporan de nuevo a las obras de construcción, que vuelven a su vez a generar nuevos escombros que pueden volver a ser reciclados».

En los últimos tres años, la empresa ha gestionado 255.680 toneladas de RCD, fabricando un total de 205.750 toneladas de áridos reciclados, el 80,5% del total, y eso teniendo en cuenta el atípico año del 2020, marcado por la pandemia del covid-19, que ha provocado, entre otros efectos, también una disminución de la actividad de la construcción.

En el caso de Gecorsa reciclan en torno al 90% de lo que recogen, aunque el citado 30% de media a nivel nacional sigue evidenciando que hay mucho camino por recorrer en el reciclaje de escombros aún en España, «por no hablar de las escombreras ilegales, cuyos materiales se pierden y contaminan el medioambiente, entre otros problemas». Una problemática que, a su juicio, no está presente en la capital cordobesa, pero sí en algunos otros puntos de la provincia.

De cara al futuro esta empresa trabaja en la que será su nueva planta que prevé construir enfrente de sus actuales instalaciones, de momento en trámites urbanísticos, y para la que, tras una primera inversión de unos 2 millones de euros para el proyecto de urbanización, prevé invertir más de 5 millones para la instalación industrial futura.

Este nuevo proyecto le permitirá, entre otras cuestiones, nuevas actividades de valorización de residuos no peligrosos (como líquidos, plásticos, tierras contaminadas, etc.); minimizando aún más el porcentaje de materiales procedentes de obras y demoliciones que aún no puede reciclar y que se depositan en celdas de seguridad para no contaminar.

En conclusión, un ejemplo más del tejido empresarial cordobés que apuesta por la economía circular, aunque para conseguir los objetivos de valorización de este tipo de materiales que marca la Unión Europa es fundamental también la implicación de las propias administraciones públicas en el fomento y uso de los materiales reciclados, en este caso de los áridos reciclados que tienen múltiples usos y aplicaciones.