En España el mejillón cebra se detectó por primera vez en el año 2001 en el tramo bajo del río Ebro, y en Andalucía la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) lo descubrió por vez primera en el 2009 en el pantano granadino de los Bermejales, y en octubre del 2012 se hallaron ejemplares en el embalse cordobés de Iznájar. Ya en el 2015 también se detectó en el embalse de La Breña, en Almodóvar del Río, y aunque la situación parece estar controlada, administración y regantes continúan vigilantes para evitar su propagación.

En este sentido, un convenio de colaboración entre la Universidad de Córdoba (UCO) y la Empresa Provincial de Aguas de Córdoba (Emproacsa, dependiente de la Diputación Provincial) fue pionero en Andalucía hace cuatro años en el seguimiento de esta especie exótica invasora, controlando su propagación en el embalse de Iznájar y estableciendo medidas preventivas.

Este proyecto para el control del mejillón cebra en las instalaciones de captación y potabilización del embalse de Iznájar posibilitó que se garantizara la preservación y aseguramiento de la captación y del abastecimiento de agua potable en la zona sur de la provincia, que abastece a una población de unos 250.000 habitantes.

Todo ello en unos momentos en los que Córdoba era la provincia andaluza más afectada por el mejillón cebra, y que llevó a la Asociación de Comunidades de Regantes del Guadalquivir (Feragua) a advertir de su avance, pero también de otras especies como la almeja asiática.

De igual manera, la citada asociación de regantes estimaba que en Córdoba estaban afectadas más de 40.000 hectáreas de regadío por este tipo de especies no autóctonas, lo que supone casi la mitad del regadío existente en la provincia, lo que evidencia la importancia de seguir en alerta ante la posible presencia de más fauna invasora en las aguas y ríos de toda la provincia de Córdoba.